Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura

septiembre 26, 2013

Juan Troche Ponce de León II: nota biográfica

Tomado de Mario R. Cancel y Héctor R. Feliciano Ramos, “Juan (Troche) Ponce de León II: Forjador más destacado y visible del pueblo puertorriqueño durante el siglo XVI” en Puerto Rico: su transformación en el tiempo (2008) San Juan: Cordillera: 121.

Este puertorriqueño nació en San Juan de Puerto Rico en algún momento entre 1521 o 1523. Hijo de García Troche y Juana Ponce de León, nunca utilizó el apellido paterno sino el de su abuelo y conquistador de Puerto Rico. Se educó en las escuelas con los maestros de su época en San Juan. Dado que su tío Luis -heredero universal de Juan Ponce de León- abrazó la vida religiosa en Santo Domingo y renunció sus derechos de herencia en favor de García Troche, su cuñado. A la muerte de éste en 1539 Ponce de León II heredó los títulos, honores y hacienda de su ilustre abuelo, Juan Ponce de León, conquistador y Primer Gobernador de Puerto Rico, así como las abundantes riquezas de su padre.

Juan Troche Ponce de León
Juan Troche Ponce de León

A partir de 1540, en distintos momentos tuvo a su cargo las responsabilidades de la Alcaldía de la Fortaleza, Contador, Tesorero de la ciudad, procurador de la Isla. En la década de 1550 también lo encontramos ocupando los cargos reales de factor, veedor y contador. En 1558 se refirió a Puerto Rico como “mi propia patria”, lo que lo convirtió en el primer puertorriqueño en referirse al país de esa forma. Años más tarde también fue apoderado en Puerto Rico de Pedro Menéndez de Avilés adelantado de la Florida. En 1567 gestionó en España y obtuvo los títulos de Gobernador y adelantado de Trinidad, con los que obtuvo permiso para conquistar y colonizar esa isla antillana. Esta fue una de las pocas empresas en que no tuvo éxito.

En 1577, habiendo enviudado años antes, renunció en favor de su hijo mayor todos sus nombramientos y porque deseaba “entrar en Religión y ordenarme clérigo”. Mientras se preparaba religiosamente, en abril del 1579 el gobernador Francisco de Obando dejó a Ponce de León II como gobernador interino, cargo que ocupó con dignidad por poco más de un año. En 1581 fue seleccionado, junto al Bachiller Antonio de Santa Clara, por el gobernador Juan de Melgarejo para contestar un interrogatorio real. El documento redactado por ambos se conoce como la Memoria de Melgarejo por haber sido remitida a España en 1582 junto a una carta firmada por aquel gobernador. La Memoria constituye, sin lugar a dudas, una expresión muy importante del regionalismo que por la época se desarrollaba con fuerza por toda Hispanoamérica. También es la primera memoria histórico-geográfica de Puerto Rico redactada por un puertorriqueño. Con ella se inicia la historiografía puertorriqueña. De 1581 también es el dibujo científico que Ponce de León II hizo de un eclipse lunar observado desde el Convento de los Dominicos que en ese momento era su residencia. Además de ser uno de los primeros dibujos de ese tipo hechos por un americano, por medio del mismo se determinó exactamente la posición geográfica de Puerto Rico.

Como religioso, a partir su ordenación, Ponce de León II también se destacó al ocupar una canonjía en el cabildo catedralicio y ser designado Arcediano (especie de juez) de la Catedral. Los testimonios de diferentes obispos de la época acreditan a Ponce de León II como hombre “de mucho valer…, entendido en letras humanas y persona de mucho gobierno». Luego de una fructífera vida, en la que ocupó las posiciones sociales y económicas más altas, importantes cargos de la colonia, y algunos de los de la Iglesia Católica, en algún momento de la década del 1590, que no se ha podido precisar, murió Juan (Troche) Ponce de León II. Visto desde el presente, no queda duda de que este hombre no solo fue el principal “hombre público” nativo de Puerto Rico, sino además, el forjador más destacado y visible del pueblo puertorriqueño durante el siglo XVI.

abril 12, 2012

¿Qué significa lo criollo? Apuntes para un debate

  • Mario R. Cancel
  • Escritor e historiador

El concepto criollo o criolla, proviene del portugués crioulo, palabra derivada del  verbo criar. Conceptualmente sugiere la figura de aquel que es sujeto y responsabilidad del padre. Posee, en consecuencia, un fuerte sentido patriarcal que confirma la naturalidad de la sujeción al otro a la vez que legitima su infantilización por aquel que lo nomina de ese modo. De un  modo u otro el criollo, el indiano y el insular vienen a ser la sombra, el opuesto o el doble del español, el hispano o el peninsular. Se trata de la reiterada dialéctica de los secos y los mojados. Semánticamente, la noción criollo constituye un curioso reconocimiento de la diferencia y, a la vez, una justificación de la sumisión al Otro.

Aquella idea traducía un viejo prejuicio naturalista o cientificista a un plano etnocultural. Uno de los hechos más visibles dentro de los textos de Indias es la degradación del indio. Aquel procedimiento se apoyó entre los observadores europeos desde los inicios de la colonización en la degradación de la naturaleza americana. La imagen degradada se heredaba como si se tratase de un código genético: del indio pasó al mestizo y, de este, al criollo. A aquella conclusión se llegaba mediante procedimientos complejos. La presunción generalizada de que el progreso material era producto de la bondad del ambiente o la naturaleza, condujo a la conclusión de que la inferioridad de estas fases conceptuales del Otro Americano, tenían una explicación natural o biológica. La naturaleza determinaba el temperamento. El temperamento era un derivado lógico de la temperie o el clima: un europeo y un americano tenía que ser seres distintos.

Juan Troche Ponce de León, intelectual criollo

La realidad de que el criollo no era más que un hispano nacido en la Indias que compartía la mayor parte de sus valores, no era suficiente para equipararlo a aquel. Su nación, su lugar de nacimiento, eran las Indias. A lo más que podía apelar para contrarrestar dicha condición, era al hecho plausible de que España era su patria, es decir, el lugar de origen de sus padres. Ello no impedía que fuese considerado como un vasallo inferior. Las consecuencias políticas de ello fueron enormes: el criollo nunca tuvo acceso igual a los privilegios sociales que el hispano.

 Visto desde esta perspectiva, la pregunta obligada es  ¿qué justifica el manifiesto orgullo colectivo por la herencia criolla? ¿En qué condición se insertan la conciencia  criolla en el proceso de maduración de la identidad puertorriqueña? Me parece que el orgullo se apoya en el hecho de la sobrevaloración  de su condición de descendientes de padres hispano-europeos y en una supresión  tácita a la circunstancia de que se ha nacido en Indias. El hecho de la hispanidad o la europeidad heredada por sangre, lo privilegia en su ámbito social. Pero lo cierto es que nunca lo equiparó con el hispano-europeo. Ser criollo representa la carencia de algo que no le deja más opción que respetar por la fuerza a aquel que lo rechaza y lo devalúa. Ello conduce al criollo a expresar un exagerado afán por ser aceptado o asimilado por el otro.

Insisto en que el criollo reconoce en España el signo de una patria. La patria es la tierra de sus Padres: no se equivoca. El proceso lo conduce a identificar la ínsula con la nación o la tierra en que nació: tampoco se equivoca. Pero esa misma lógica lo aparta del resto de la comunidad insular. La condición criolla es tan excluyente o exclusiva como la del hispano-europeo. La relación del criollo con el mestizo, el mulato, el negro esclavo o libre, fue tan contenciosa como la de los hispano-europeos. La inferioridad que le adjudicaba el hispano-europeo, el criollo se la adjudica a esos grupos subalternos. El criollo podía ser tan prejuiciado y racista como el hispano-europeo. El criollo, incluso el que se (des)dibuja en el criollismo del siglo 19 y el neocriollismo del siglo 20, fue parte de una aristocracia cerrada y exclusiva y una elite muy consciente de su situación.

Los símbolos de poder a los que apelaba el criollo eran los mismos a los que apela el hispano-europeo. Se trataba de honores y privilegios que se podía adquirir y sostener con dinero. La nobleza y la posibilidad de ser denominado don, era crucial.  La nobleza de sangre, la que se adquiría en buena lid o por ciertas ejecutorias, estaba a la mano del criollo. Si a ello añadía ciertas condiciones vinculadas al oficio y a la raza, sus privilegios sociales resultaban seguros. En el juego discursivo entre los textos hispano-europeos y extranjeros sobre Puerto Rico, las voces criollas ocupan una posición incómoda: se vieron precisados a aceptación una  herencia  que los rechazaba.

Se recomienda la lectura del Documento y comentario: Memoria de 1582

noviembre 8, 2010

Memoria de Johan de Melgarejo (1582)

Memoria y Descripción de la Isla de Puerto Rico Mandada a Hacer por S.M. el Rey Don Felipe II en el año 1582 y Sometida por el Ilustre Señor Capitán Johan de Melgarejo, Gobernador y Justicia Mayor en esta Ciudad e Isla. Archivo de Indias-Patronato.

 

Capítulo 1° Puertorrico es el pueblo principal; no sabe que haya tenido otro nombre en lengua de yndios, más de que toda la isla se llamaba el Boriquén; el nombre español que tiene de Puertorrico se le puso por la mucha riqueza de oro que se halló en ésta; otros han querido decir que se le puso por ser el puerto muy bueno y cerrado y seguro de tormentas.

Capítulo 2° El descubridor y conquistador de esta isla fue Juan Ponce de León, natural de la villa de San Tervás del Campo; conquistóla a su costa por mandado del Almirante D. Diego Colón, hijo del primer descubridor de las Indias; partió para este efeto dende la isla de Santo Domingo del puerto de Xigüey el Viejo, de un lugar que llamaban Salvaleón; la primera vez que vino al dicho efeto, tomó puerto en una punta de esta isla, que llaman el Aguada, questá en la banda del Norte della, y allí tomó ciertos yndios con que hizo amistad y descubrió aver oro, bolvió con la muestra al dicho Almirante, sin conquistalla, con el qual capituló y volviéndola a conquistar y poblar, tomó tierra de la banda del Sur de esta isla, donde fundó un pueblo en el puerto de Guánica, a donde estuvo por thiniente a Don Cristóbal de Sotomayor, Caballero de Galicia, y desde allí se empezó a conquistar esta isla, fue en el año de 1508.

Capítulo 3° El temperamento de la cibdad de Puertorrico y su comarca, que casi es el de toda la isla, es muy bueno y casi todo el año es uno, esceto Diciembre y Enero, que reconoce el tiempo a ymbierno; entre año no es muy caluroso; llueve mucho desde Mayo hasta Setiembre, aunque en esto no hay horden, porque en unos años no guarda esta horden; los vientos que corren de hordinario es el viento Este o el Nordeste, y a las noches salta el viento a la tierra, que son balsares della; por Agosto y Setiembre suele haver tormentas, junta la conjunsión de la luna, que llaman juracanes, y las veces suele hazer grandísimos daños bentando los vientos; pero el que más daño haze es el viento Norte, porque este donde alcanza quema y abrasa las sementeras y derrueca los platanales, que es una fruta que sirve de sustento a falta de pan; y al principio de la población desta isla y muchos años después heran muy ordinarios estos juracanes de dos en dos y de tres en tres años; agora se pasan diez y doce años que no los hay.

Mapa de Theodor De Bry (1590)

Capítulo 4° Esta isla es muy áspera y montosa y doblada y de muchos ríos y arroyos de aguas, que por estremos son muy buenas y sanas, por causa que en todos los más de los arroyos se a hallado y halla oro, y descienden sus nascimientos de cerros y collados donde se han hallado y se cree ay oy ricos nascimientos de oro, aunque en la cibdad de Puertorrico se carece desta agua, por questá su sitio en una isleta distinta de la isla prencipal, y a esta causa no hay agua de río ni quebrada, sino solo de una fuente que mana de arenales y sale junto a la mar, media legua de la cibdad en la isla grande, y pasan a ella; se pasa por una calzada que está sobre la mar, llaman la Fuente de Aguilar, y no se han traído a la cibdad por falta de no tener propio y ser poca la agua, y así se beve agua de algibes, que los hay en las más de las casas; tiene falta de pastos para los ganados y de cada día se espera abrá menos, respecto haber nacido en esta isla unos árboles, que se llaman Guayabo, el qual hecha una fruta como manzanas llenas de pepitas, la qual comen las bacas y bestias y puercos y abes, y donde quiera que tornan a estercolar de las pepitas de cada una sale un árbol, con lo qual se va cerrando la tierra, de tal modo que los ganados no se pueden pastorear y se alzan, ny debajo del fructifica yerba que pueda servir pasto, y ansi de cada día se va más arruinando.

Capítulo 5° Que hubo y se hallaron por copia al tiempo del repartimiento que se hizo quando se ganó la isla, cinco mill yndios y quinientas yndias, sin los que quedaron por repartir, que no están domésticos; y el día de hoy no hay de los naturales ninguno, salvo unos poquitos que proceden de yndios de Tierra-Firme traídos aquí, que serán como doce o quince, y apocáronse por enfermedades que les dio de sarampión, romadizo y viruelas, y por otros malos tratamientos se pasaron a otras islas con caribes, y los que hay no están en el pueblo formado; sirven alguno por soldado y otros están en su haziendillas entre españoles; no hablan en su lengua porque los más dellos son nacidos en esta isla; son buenos cristianos.

Capítulo 6° El altura y elevación del pueblo en que está la cibdad de Puertorrico se berá por el eclisse que yo Juan Ponce de León, por mandado del capitán Juan de Céspedes, Gobernador que fue desta isla, tomé a los quince de julio del año pasado, el qual se envía en este propio nabio a su majestad.

Capítulo 7° En esta isla hay una villa que llaman la Nueva Salamanca o San Germán el Nuevo, el qual fundó el governador Francisco de Solís con el despojo que quedó de un pueblo o villa que se decía Guadianylla, que estaba a la banda del Sur desta isla, y lo quemaron caribes yndios y comarcanos de esta isla y robaron franceses, estaba junto a la mar en una sierra, como media legua de la mar, y a esta causa destar a tanto peligro se pasó la tierra adentro, con acuerdo de la audiencia de Santo Domingo; está la dicha villa de Salamanca quatro leguas de la mar, en donde también han llegado franceses y la han robado, al Oeste desta isla y distante de la cibdad de San Juan treinta leguas; goviernase por thiniente que pone el governador de la cibdad y alcaldes ordinarios; y el temperamento y ayres es lo mismo que corre en la cibdad de Puertorrico; no tiene defensa alguna para corsarios.

(…)

Capítulo 9° La cibdad de Puertorrico, ques la cabeza desta isla, la fundó el dicho Juan Ponce de León, contheniendo en el segundo capítulo, llamóla San Juan por su nombre y fue la fundación de ella en el año de veinte y uno, porque despobló una cibdad que antes había poblado en la dicha isla que estaba como legua y media de lo que agora está poblada, a la cual llamaban Caparra; fue la causa de su despoblación que no se criaban niños, porque todos se morían, respeto de que tenían malas aguas y así pocas, tenía ésta al tiempo que se pobló muchos más vezinos que agora tiene, porque al presente no tiene más de hasta ciento y setenta vezinos y catorce prevendados y clérigos, porque se han ido muchos a Tierrafirme, España y otras partes.

Capítulo 10° El sitio de esta cibdad prencipal, que es la de que en el capítulo antes deste se hace mynsion, es parte del llano y tiene i una altura hazia Un monasterio de frayles dominicos, que en ella ay, como parecerá por el rasguño que con esta vá, y la parte más alta, que es donde está el dicho monesterio, mira al Norte, y la parte más llana, que es al contrario mira al Mediodía.

(…)

Capítulo 14° Por la noticia que se tiene de algunos conquistadores se halla que los yndios desta isla era gente mansa; no comían , carne humana, ni eran sométicos, ni tenían ponzoña; peleaban los de la costa de la mar con flechas y arcos, y los de la tierra adentro con palos a modo de bastones; adoraban al demonio, con el que hablaban, temían a los caribes yndios comarcanos de la parte de Levante desta, que son bravos y guerreros y comen carne humana, y tienen yerba, y hoy en día lo son, y han destruido y destruyen esta isla y son parte muy prencipal para su despoblación y arruinamiento, como se a abisado a su majestad, con ynformaciones, que sobre ello se an embiado a la Casa de la Contratación de Sevilla.

Capítulo 15° En esta isla no hubo cacique que la señorease toda, más de que en cada valle o río prencipal avía un cacique, los quales tenían otros capitanes como thinientes de quien se servían, a los quales llamaban en su lengua nitaynos; y después que fueron repartidos a los españoles, el tributo que daban a sus amos era traellos a las minas a sacar oro y a hazer conucos de cazabe y maíz, ques el mantenimiento desta tierra, y batatas, que era la comida que ellos antes usaban, demás de otras raíces que comían, que se dicen ymoconas, yahutías, guayaros, lerenes y maní. Entiéndase que la principal causa de haberse acabado los yndios, demás de las enfermedades arriba dichas, fue el sacarlos de sus pueblos y llevarlos a las minas y a otras partes fuera de donde nacieron, aunque no los sacaron de esta isla.

Capítulo 16° El asiento de la cibdad de San Juan de Puertorrico es el que está dicho en el capítulo dezimo; pueblo de yndio no ay alguno como está dicho; la villa de la Nueva Salamanca está en una sierra con mal asiento, así por no haber cosa llana en él, como por tener el agua lejos y haber un barro que tiñe como almajara la ropa, en ventando el viento el polvo que se levanta causa hazer lo dicho; el río que más cerca dél pasa se llama Guanaibo.

Capítulo 17° La cibdad de Puertorrico es tierra sana, comúnmente andan los hombres con buenos colores; las enfermedades que en ellas son más peligrosas y más cursan son pasmos, y desto mueren muchos niños en nasciendo, o a lo menos antes de los siete días, y muchos hombres solo de beber un jarro de agua estando sudando: de los remedios que más se usa para curar esta enfermedad, de que suelen escapar pocos, es el fuego, labrándolo junto a la nuca y por el cerro abajo de los riñones y dándoles a beber el sumo de la yerba que llaman tabaco, que es a modo de beleño; en la Nueva Salamanca es lo mismo que esta cibdad en quanto a la salud y enfermedades.

 

Comentario:

Los capítulos 1 y 2 de la Memoria… hacen una síntesis bastante imprecisa de la historia de San Juan Bautista con el propósito de aclarar cualquier duda que el Rey Felipe II pueda tener con respecto a los valores de la posesión y los beneficios de invertir en ella. El capítulo 3 ofrece una serie de generalidades sobre el “temperamento” o clima insular: la lluvia, el calor y la humedad destacan en la misma. El capítulo 4 contrata la naturaleza boscosa y bien irrigada de la Isla Grande con la del Islote de San Juan. Resalta las fuentes de agua potable de la Isleta, y el  peligro que los guayabos representan para los pastos y la industria ganadera que entonces se afirmaba como la principal del país, una vez dejadas atrás la aurífera y la caña de azúcar. La indicación de que había oro en los ríos y que aún quedaban filones sin explotar es interesante. El capítulo 5 comenta la situación de los Indios, su desaparición y las causas de la misma. La presencia de Indios de Tierra-Firme y la alianza con los Caribes, que ya vimos en la obra de Oviedo, se reitera.

El capítulo 7 introduce la Villa de San Germán la cual ya estaba ubicada en la Lomas de Santa Marta, comenta las constantes amenazas extranjeras a la misma y la forma de su gobierno mediante un Teniente de Gobernador. El capítulo 9 y 10 hace lo propio con la Ciudad de Puerto Rico, hoy San Juan Antiguo, y su precedente en Caparra. Las dos poblaciones principales de la colonia, la Villa y la Ciudad, son presentadas al Rey Felipe II con relativa precisión.

Los capítulos 14 y 15 describen a los Indios de la Isla. Fíjense que no se les llama Taínos y que se les decribe con argumentos parecido a los que usó Oviedo Historia… La idea de que son distintos de los Caribes es evidente. La desaparición del Indio se adjudica, sin reparos, al sistema laboral que se les impuso. Los capítulos 16 y 17 comentan la higiene y la salud pública: es una tierra sana donde la amenaza mayor es el pasmo, es decir el tétano o mocezuelo que se enfrenta con infusiones de tabaco.

El autor, Juan Ponce de León y García Troche, es descendiente el conquistador y pone todo su empeño en llamar la atención del Rey sobre las posibilidades de la colonia. Piensa e interpreta a San Juan Bautista como un criollo y en ello radica una de las virtudes de este texto. Los capítulos 31, 32 y 33 pueden ser consultados en Documento y comentario: Memoria de 1582

 

  • Mario R. Cancel
  • Historiador

 

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