Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura

abril 12, 2012

¿Qué significa lo criollo? Apuntes para un debate

  • Mario R. Cancel
  • Escritor e historiador

El concepto criollo o criolla, proviene del portugués crioulo, palabra derivada del  verbo criar. Conceptualmente sugiere la figura de aquel que es sujeto y responsabilidad del padre. Posee, en consecuencia, un fuerte sentido patriarcal que confirma la naturalidad de la sujeción al otro a la vez que legitima su infantilización por aquel que lo nomina de ese modo. De un  modo u otro el criollo, el indiano y el insular vienen a ser la sombra, el opuesto o el doble del español, el hispano o el peninsular. Se trata de la reiterada dialéctica de los secos y los mojados. Semánticamente, la noción criollo constituye un curioso reconocimiento de la diferencia y, a la vez, una justificación de la sumisión al Otro.

Aquella idea traducía un viejo prejuicio naturalista o cientificista a un plano etnocultural. Uno de los hechos más visibles dentro de los textos de Indias es la degradación del indio. Aquel procedimiento se apoyó entre los observadores europeos desde los inicios de la colonización en la degradación de la naturaleza americana. La imagen degradada se heredaba como si se tratase de un código genético: del indio pasó al mestizo y, de este, al criollo. A aquella conclusión se llegaba mediante procedimientos complejos. La presunción generalizada de que el progreso material era producto de la bondad del ambiente o la naturaleza, condujo a la conclusión de que la inferioridad de estas fases conceptuales del Otro Americano, tenían una explicación natural o biológica. La naturaleza determinaba el temperamento. El temperamento era un derivado lógico de la temperie o el clima: un europeo y un americano tenía que ser seres distintos.

Juan Troche Ponce de León, intelectual criollo

La realidad de que el criollo no era más que un hispano nacido en la Indias que compartía la mayor parte de sus valores, no era suficiente para equipararlo a aquel. Su nación, su lugar de nacimiento, eran las Indias. A lo más que podía apelar para contrarrestar dicha condición, era al hecho plausible de que España era su patria, es decir, el lugar de origen de sus padres. Ello no impedía que fuese considerado como un vasallo inferior. Las consecuencias políticas de ello fueron enormes: el criollo nunca tuvo acceso igual a los privilegios sociales que el hispano.

 Visto desde esta perspectiva, la pregunta obligada es  ¿qué justifica el manifiesto orgullo colectivo por la herencia criolla? ¿En qué condición se insertan la conciencia  criolla en el proceso de maduración de la identidad puertorriqueña? Me parece que el orgullo se apoya en el hecho de la sobrevaloración  de su condición de descendientes de padres hispano-europeos y en una supresión  tácita a la circunstancia de que se ha nacido en Indias. El hecho de la hispanidad o la europeidad heredada por sangre, lo privilegia en su ámbito social. Pero lo cierto es que nunca lo equiparó con el hispano-europeo. Ser criollo representa la carencia de algo que no le deja más opción que respetar por la fuerza a aquel que lo rechaza y lo devalúa. Ello conduce al criollo a expresar un exagerado afán por ser aceptado o asimilado por el otro.

Insisto en que el criollo reconoce en España el signo de una patria. La patria es la tierra de sus Padres: no se equivoca. El proceso lo conduce a identificar la ínsula con la nación o la tierra en que nació: tampoco se equivoca. Pero esa misma lógica lo aparta del resto de la comunidad insular. La condición criolla es tan excluyente o exclusiva como la del hispano-europeo. La relación del criollo con el mestizo, el mulato, el negro esclavo o libre, fue tan contenciosa como la de los hispano-europeos. La inferioridad que le adjudicaba el hispano-europeo, el criollo se la adjudica a esos grupos subalternos. El criollo podía ser tan prejuiciado y racista como el hispano-europeo. El criollo, incluso el que se (des)dibuja en el criollismo del siglo 19 y el neocriollismo del siglo 20, fue parte de una aristocracia cerrada y exclusiva y una elite muy consciente de su situación.

Los símbolos de poder a los que apelaba el criollo eran los mismos a los que apela el hispano-europeo. Se trataba de honores y privilegios que se podía adquirir y sostener con dinero. La nobleza y la posibilidad de ser denominado don, era crucial.  La nobleza de sangre, la que se adquiría en buena lid o por ciertas ejecutorias, estaba a la mano del criollo. Si a ello añadía ciertas condiciones vinculadas al oficio y a la raza, sus privilegios sociales resultaban seguros. En el juego discursivo entre los textos hispano-europeos y extranjeros sobre Puerto Rico, las voces criollas ocupan una posición incómoda: se vieron precisados a aceptación una  herencia  que los rechazaba.

Se recomienda la lectura del Documento y comentario: Memoria de 1582

3 comentarios »

  1. Siempre he encontrado el tema de identidad del puertorriqueño fascinante. ¿Cómo una gente sin, por falta de palabras, patria puede tener ése orgullo inmenso que tenemos nosotros los puertorriqueños con la isla? Estamos en el auto, pero no guiamos; hablamos, pero nadie escucha. Poco a poco pienso que estamos delirantes. Sabes que me has echo pensar malísimo sobre uno de mis palabras favoritas: criollo. No se si reír, o llorar que la palabrita tiene más historia cual yo nunca había notado. Gracias

    Me gusta

    Comentarios por jibarican — abril 20, 2012 @ 9:31 pm | Responder

    • Javier, gracias por la sensibilidad y el comentario. Veo la identidad puertorriqueña como un acto de delincuencia, casi como un imposibilidad. Pero recuerda que se trata de una propuesta académica, para la reflexión. Ya dejé un comentario sobre el jíbaro que me gustaría que evaluaras. En el siglo 18 y 19, ambos conceptos adquieren un sentido distinto. Saludos cordiales.

      Me gusta

      Comentarios por Mario R. Cancel — abril 20, 2012 @ 10:36 pm | Responder

  2. Todo es lo mismo, lástima que éstos términos de jibaro y criollo en los siglos 18 y 19 tengan diferentes significados. La identidad puertorriqueña en conclusión siempre será la misma.

    Me gusta

    Comentarios por Paula Acevedo — abril 24, 2012 @ 1:39 am | Responder


RSS feed for comments on this post. TrackBack URI

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.