Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura

septiembre 27, 2012

Pedro Albizu Campos: Perspectivas para la investigación

  • Mario R. Cancel Sepúlveda
  • Historiador y escritor

El documento que sigue es un resumen anotado  del conversatorio celebrado el 27 de septiembre de 2012 en el Recinto Universitario de Mayagüez, auspiciado por la Asociación de Estudiantes de Historia.

Introducción al estudio de Pedro Albizu Campos y el nacionalismo político puertorriqueño

Enfrentar el tema  de Pedro Albizu Campos y el nacionalismo puertorriqueño a través de los libros puede resultar problemático. A pesar de lo abultado de su bibliografía, los títulos críticos escasean. Varios de ellos, sin embargo,  me parecen imprescindibles para obtener una imagen panorámica de los problemas historiográficos que plantea el tema.

Pedro Albizu Campos

Para una aproximación biográfica recomiendo la lectura de dos volúmenes:

  • Marisa Rosado (2006). Las llamas de la aurora: Acercamiento a una biografía de Pedro Albizu Campos. Biblioteca del Caribe. San Juan, Puerto Rico: Ediciones Puerto.

Se trata de un esfuerzo biográfico abarcador y un texto bien documentado redactado por una escritora filo-nacionalista. La erudición que despliega la autora le permite incluso plantear los asuntos más polémicos del líder nacionalista, elemento que da margen al lector a para que  desarrolle su propia interpretación respecto a esas polémicas

  • Luis A. Ferrao (1990). Pedro Albizu Campos y el nacionalismo puertorriqueño. [San Juan]: Editorial Cultural.

Se trata de un estudio cuyas conclusiones resultaron escandalosas en 1990  por el hecho de que  llevaba a sus extremos interpretativos las ideas revisionistas de fuerte contenido materialista del intelectual  dominico-puertorriqueño José Luis González. El volumen, revisaba los paralelos teóricos y prácticos entre el nacionalismo y el fascismo de una manera documentada y sobria. En general, abrió una discusión que ya estaba presente desde 1930 y que aún no ha cesado del todo.

En el campo de la interpretación teórica me parece que todavía hoy, el mejor esfuerzo sigue siendo:

  • Juan Manuel Carrión, Teresa C. Gracia Ruiz, T. C., y Carlos Rodríguez Fraticelli (1993). La nación puertorriqueña: Ensayos en torno a Pedro Albizu Campos. San Juan: Ed. de la Universidad de Puerto Rico.

Es una colección de ensayos crítica e ideológicamente diversa que se puede apropiar como una respuesta intelectual al reto representado por el volumen de Ferrao. El volumen trabaja los temas de raza y nación en el nacionalismo, ofrece estudios detallados de la praxis nacionalista apuntando  la diversidad de sus tácticas con el fin de alejarlo del fantasma de la violencia, y trabaja el asunto de Albizu Campos y su formación en Derecho y sus choques con el Derecho en la colonia. El volumen cierra con una búsqueda en torno a su presencia en la literatura puertorriqueña.

Para introducir al lector en el pensamiento nacionalista recomiendo una antología.

  • Laura Esperanza Albizu [Campos] Meneses y Fray Mario Rodríguez León , editores (2007). Escritos. Hato Rey: Publicaciones Puertorriqueñas.

Se trata de una selección de textos con un prólogo político breve de Fidel Castro Ruz que intenta conectar la tradición de aquel líder con la actualidad y poner al día su pensamiento reafirmando su utilidad en el presente. La trabazón con la tradición se garantiza por el hecho de que una descendiente del líder, y un respetado fraile y académico, estén a cargo de la selección.

Pertinencia de la investigación del tema de Pedro Albizu Campos y el Nacionalismo Político

Estudiar a Albizu Campos y el nacionalismo puertorriqueño podría justificarse sobre una serie de bases concretas. La primera tiene que ver con el proceso de devaluación que ha sufrido el nacionalismo político en el marco de la economía neoliberal y la globalización, particularmente en el territorio de la expresión cultural posmodernista que dominó la academia desde 1990. El hecho de que el nacionalismo político no sea una clave cultural y política del presente, como lo fue en el siglo 19 americano y europeo o en el siglo 20 puertorriqueño por lo menos hasta el 1950, no significa que no se deba investigar el asunto. Tampoco se puede presumir que aquellas propuestas no tengan nada que decirle al presente.

Dado que, como se sabe, desde 1940 y el ascenso del populismo primero y el popularismo después, se cuestiona la pertinencia del nacionalismo político para Puerto Rico en nombre de un nacionalismo cultural tolerable, me parece que una forma legítima de responder a esa pregunta es visitando el tema desde una perspectiva crítica fresca. Por último, la presencia del nacionalismo político  por medio de uno de sus emblemas más tradicionales, el Partido Nacionalista, en la prensa en los últimos años amerita una revisión del tema. La crisis política que se desató tras la muerte de Lolita Lebrón y la disposición de su herencia, y los conflictos que se debaten en las redes sociales desde la conmemoración de la Insurrección de Lares de 2012, son una argumento más que suficiente para mirar hacia las tradiciones a las que apelan uno y otro bando en conflicto.

 

Fuentes documentales internas accesibles en línea

La fuente mayor impacto desde su re-descubrimiento en 1990 sigue siendo la siguiente:

  • Partido Nacionalista de Puerto Rico. Documentos. Carta de José Monserrate Toro Nazario a Irma Solá, 31 de mayo de 1939. Epigrafía, transcripción y edición del Dr. Rafael Andrés Escribano. CPR 324.27295 T686c. Colección Puertorriqueña. Universidad de Puerto Rico en Carta a Irma

La  “Carta a Irma” fue redactada en mayo de 1938 en medio de un intenso debate en el Partido Nacionalista. Su autor fue José Monserrate Toro Nazario, un abogado de San Germán que fungió como director del panfleto  La palabra en ausencia de Juan Antonio Corretjer, preso por aquel entonces en Atlanta, Georgia. También laboró como Secretario Interino bajo la Presidencia Interina del desaparecido abogado Julio Pinto Gandía. El autor era una figura de la confianza de Albizu Campos, sin duda. La destinataria  fue Irma Solá, secretaria personal de Albizu Campos quien, por su cercanía a este,  tenía una relación personal con su esposa, Laura Meneses del Carpio. El documento resume la postura de aquellos que se oponían al giro violento derivado de la táctica de la “Acción inmediata”,  era la praxis dominante en la organización desde mayo de 1930 cuando Albizu Campos alcanzó la presidencia de la misma.

La crisis de 1938 parece haber sido consecuencia, por un lado, del vacío de poder producido por el encarcelamiento del liderato tras el juicio por conspiración sediciosa de 1936. Aquella situación agitó una serie de contradicciones ideológicas que nunca se habían superado desde 1930. El texto manifiesta el choque de diversos proyectos dentro de la organización

Las cuestiones centrales de aquellos debates fueron varias:

  • La contradicción entre un proyecto democrático y uno autoritario
  • La contradicción que planteaba la cuestión del capitalismo ante el Novotratismo, programa que tendía a confundirse con una forma de socialismo por los republicanos,  y como un acto de mendicidad por los nacionalistas
  • La contradicción entre  socialismo y el comunismo ante el fascismo en el partido
  • La contradicción entre  el populismo y el nacionalismo político

“La carta…”  documenta los debates más álgidos del momento pre-guerra, ratifica la volatilidad del alto liderato del  Partido Nacionalista y la fragilidad de la organización ante el embate represivo. Toro Nazario era un intelectual de gran formación, muy informado de la situación internacional. La anotación erudita de su texto es, por lo tanto, una prioridad. La “Carta …”deja la impresión de que incluso personas que reconocían a Albizu Campos como su líder, consideraban su autoritarismo un problema y ratifican la idea de que el partido se había convertido en un caldo de cultivo para los filofascistas. El  temor era que aquellos sectores tomaran la organización, y  la transformaran en una organización  anticomunista.

Dejo en lo inmediato una serie de recursos que preparé sobre el tema para un seminario que dicté hace varios años. Los comentarios y las críticas son bienvenidas.

Fuentes documentales externas accesibles en línea

Se trata de un archivo digital organizado y cuidado  por el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College (CUNY). El mismo contiene archivos en formato Pdf descargables, procedentes  del  Federal Bureau of Investigation (FBI) y elaborados desde las década del 1930 hasta la del 1990. Esta fuente es útil para documentar la vigilancia y las actividades de contra inteligencia auspiciadas por el FBI contra una diversidad de organizaciones políticas e individuos dentro y fuera de Puerto Rico.

Los archivos fueron liberados como producto de un esfuerzo del Congresista (D-NY) José E. Serrano (2000) y se dejaron al cuidado del Centro para su catalogación y difusión. Los primeros expedientes en hacerse públicos fueron los de Pedro Albizu Campos y Luis Muñoz Marín, dos protagonistas de las décadas del 1930 al 1950. El sitio tiene buscadores especializados que permiten la investigación por individuos, programas y organizaciones. También posee instrumentos de investigaciones muy útiles, y apoyo bibliográfico en línea que facilita su manejo

Dos  recursos alternos que puede ser consultados para ampliar la indagación y contextualizar la actitud del poder ante el nacionalismo puertorriqueño son:

Estos archivos fuero abiertos desde el 11 de enero de 1999 por autorización de Bill Clinton en acuerdo con el Nazi War Criminal Records Interagency Working Group (IWG). La meta era localizar, inventariar y recomendar la desclasificación de los archivos de los criminales de guerra nazis que fuera posible y facilitar que esas fuentes estuviesen a disposición del público en un año de ser posible. El 23 de mayo de 2000 se anunció que iniciaría una labor similar con las fuentes respecto crímenes de guerra  japoneses.

Political Research Associates  es un think tank que apoya movimientos progresistas en Estados Unidos, cuyos derechos humanos han sido violados por las agencias de seguridad del estado

Fuentes literarias

Otra forma original de aproximarse al asunto de la imagen del nacionalismo puertorriqueño y Albizu Campos en los medios de comunicación, es la indagación en la literatura de la época. Dejo dos recomendaciones específicas que llaman poderosamente mi atención.

  • Luis Abella Blanco. La República de Puerto Rico. Novela histórica de actualidad política. San Juan: Editorial Real Hermanos, 19–. 123 págs.

Es una novela que ofrece pistas sobre la imagen del Nacionalismo Político y Albizu Campos mediante la voz narrativa de un socialista amarillo. Abella Blanco militaba en el  Partido Socialista, fundado en 1915, organización que no tenía el asunto del estatus en su agenda o programa político. Aquel partido evolucionó hasta convertirse en proyecto estadoísta que estrechó relaciones organizativas con el Partido Republicano Puertorriqueño hasta 1960. El contencioso del nacionalismo con el socialismo debe interpretarse a la luz de esa contradicción primero.

Luis Abella Blanco

Lo cierto es que, desde 1934, el Partido Nacionalista se había hundido  en una crisis que parecía no tener solución. Un resorte fue el choque cada vez más visible entre los Cadetes de la República y la Policía Insular quienes mantenían una virtual guerra civil al margen de la nación. El otro fueron los cuestionamientos a la táctica de “Acción inmediata” que Albizu Campos introdujo en el 1930 desde la presidencia.

La narración de Abella Blanco se inserta en la tradición de la sátira política panfletaria.  Pedro Albozo del Campo, Libertador de Puerto Rico y Primer Presidente de la República en 1932, es el personaje central. La República es una anomalía: es una República con el Protectorado de Estados Unidos, como la soñó José De Diego. Sin embargo el “protectorado” es utilizado por el gobierno de la nación ación para succionar fondos federales para proyectos cuestionables.

La arquitectura del libro también recuerda ciertos  textos clásicos del pensamiento socialista del siglo 19 europeo. El tono magisterial y racionalista me remite a la “Parábola” (1819) de Henri de Saint-Simon, el teórico de la Sociedad de los Industriales. Una larga escena de la narración prácticamente reescribe el texto “Los enemigos de la Libertad y de la felicidad del Pueblo” (1832), de Augusto Blanqui. Se trata de un interrogatorio jurídico que se aplica a Albozo del Campo tras el fracaso de la República y previo a su suicidio.

La novela informa sobre una imagen de Pedro Albizu Campos que se ha ido emborronando tras la leyenda de “El Maestro”. Su lectura permite establecer un balance sobre la percepción contradictoria del líder político en su tiempo y manifiesta con claridad meridiana los argumentos de sus adversarios: su vesania o su enajenación. Su lectura ratifica que Albizu Campos tenía enemigos a la derecha, en el centro y a la izquierda y que su adversario no fue solo el yanqui. El texto está disponible en la Sala Manuel María Sama y su Colección Puertorriqueña, bajo la codificación  PQ7439.A24 R4 1900Z

Dejo en lo inmediato una serie de recursos que preparé sobre el tema para varios proyectos periodísticos. Los comentarios y las críticas son bienvenidas.

  • Wenzell Brown. Dynamite on our Doorstep. Puerto Rican Paradox. New York: Greenberg Publisher, 1945. Illustrations by Jack Crane. 302 págs.

Debo el conocimiento de este texto al colega César Salgado de la Universidad de Austin en Texas quien también me ha facilitado un archivo sobre el autor de la misma cuyo contenido me reservo. La novela es una diatriba libelosa contra Puerto Rico, el nacionalismo político y Pedro Albizu Campos.

Wenzell Brown (1911-1981)

La lectura ofrece un panorama de la representación que se hizo un sector visible de la intelectualidad y los medios de aquel país sobre nosotros. Llama la atención la persistencia de prejuicios culturales que ya hemos señalado José Anazagasty Rodríguez y yo en dos libros: We the People (2008)  y Porto Rico: hecho en Estados Unidos (2011). La conclusión obvia es que la forma en que se figuraba al puertorriqueño en 1945, no difería de los modelos maniqueos dominantes entre 1898 y 1926: no se había avanzado nada en un entendimiento entre las partes si es que esa era la meta de la relación colonial impuesta en 1900.

Dejo para finalizar varios fragmentos que pueden orientar al investigador en torno a la imagen de este país caribeño dominante en el texto. Las preguntas que se pueden formular a ese texto son numerosas, como se verá de inmediato:

Puerto Rico y los puertorriqueños eran vistos como:

  • “…frustrated neurotic people” p. 5
  • “…frightened people, a hungry people, a dissatisfied people” p. 31
  • “…towns unbelievably dirty” p. 12

Albizu Campos es resaltado por el color de su piel, su hispanofilia y su odio al sajón:

  • “…the coloured leader” p. 18
  • “…Albizu was a coloured man who aped the mannerisms of Spanish grandee” p. 69
  • “On his round face there was always an expression of gracious condescension, save when he talked about the Americans. Then the face was a mask of hate” p. 69

El nacionalismo politico es interpretado de una modo avieso en diversos sentidos:

  • Su fin era “set up a black dictatorship in the Island” p. 70
  • Vincula los Cadetes de la república con las partidas fascistas:  “black shirted thugs who walks the streets in gangs”

La búsqueda del lenguaje del crítico y del adversario, puede ser de gran utilidad para recuperar una imagen más humana de Pedro Albizu Campos y el nacionalismo puertorriqueño.

septiembre 17, 2010

“Carta a Irma” (1939): El Nacionalismo de Toro Nazario

Partido Nacionalista de Puerto Rico. Documentos. Carta de José Monserrate Toro Nazario a Irma Solá, 31 de mayo de 1939. Epigrafía, transcripción y edición del Dr. Rafael Andrés Escribano. CPR 324.27295 T686c. Colección Puertorriqueña. Universidad de Puerto Rico: pág. 122-132

¿Qué es lo que queremos?

SINTESIS DE UN PROGRAMA

En primer lugar, Roma no se hizo en un día.

1. Queremos que se diga claramente, de manera que lo entiendan hasta los becerros, que el terrorismo no es una cuestión de principio para el Partido nacionalista de Puerto Rico –ni el terrorismo individual ni el terrorismo oficial.

Queremos que se diga claramente, de manera que lo entiendan hasta los becerros, que el terrorismo –tanto el individual como el oficial– es una táctica equivocada, una táctica estéril, una táctica contra producente, una táctica contrarrevolucionaria, una táctica anacrónica, una táctica histérica, una táctica descentrada, una táctica fuera del marco de la realidad, una táctica de locos.

No acabo de destruir [sic debe ser «descubrir»] el Mediterráneo. La penúltima asamblea de Caguas por unanimidad aprobó una resolución antiterrorista.

Queremos que esa resolución no sea letra muerta.

Queremos que esa resolución no sea papel mojado.

Queremos que esa resolución sea conocida por todos.

Queremos que esa resolución no sirva de self serving evidence. Queremos que esa resolución no sea invocada después de un atentado contra Winship, sino antes. Queremos que no se juegue a la independencia de Puerto Rico.

Existen suficientes juegos en Puerto Rico, tanto oficiales como clandestinos, para que nos inventemos uno más y persistamos en él. La independencia de Puerto Rico no es un deporte. Exige sacrificio. No exige sacrificios estériles.

Queremos que se haga saber claramente, de manera que lo entiendan hasta los becerros, que el nacionalista que persista, de palabras y obras, en la táctica terrorista, será expulsado ignominiosamente del Partido nacionalista de Puerto Rico.

2. Queremos que, aunque corramos el riesgo de ser injustos, que toda persona, a nuestros juicio razonablemente ligada a la ideología o a la táctica terrorista, si la prueba a nuestra disposición no justifica la expulsión, sea separada de su cargo, pero no ignominiosamente, de suerte que permanezca en las filas hasta que por su conducta demuestre que está dispuesta a seguir esta línea del partido, sin titubeos, sin reservas.

3. Queremos que don Ramón Medina Ramírez voluntariamente renuncie la presidencia interina del partido, como una medida de conveniencia, no como una cuestión de principio. No queremos sacarle en cara, públicamente, su ineptitud. No queremos sacarle en cara sus vacilaciones. No hemos querido formularle cargos, en la hasta hoy vana esperanza de que el buen sentido de los dirigentes del movimiento se sobrepondría a la estupidez organizada para el rescate de la barbarie. No tenemos interés en impugnar la buena fe de Medina. Creemos que es un buen nacionalista –un buen nacionalista que no sabe cómo ser buen nacionalista. Él no tiene la culpa de eso.

Bandera Nacionalista4. Queremos que de la misma manera, aunque con relativa posterioridad, Isolina presente voluntariamente su renuncia, por ser su tesorería contraria a la conveniencia y a la línea del partido.

5. Queremos que se suspendan las reuniones en casa de Isolina, por creerlas contrarias a la tradición portorriqueña, porque arrojan sospechas infundadas sobre nuestra intención de seguir la línea del partido. El propio don Pedro pidió encarecida y reiteradamente que se suspendieran esas reuniones. La propia Isolina en más de una ocasión ha dicho que esa es la única orden que no estaría dispuesta a obedecer, ni siquiera viniendo del Maestro, que repetidamente le aconsejó que se mudara de casa. Isolina tiene perfectísimo derecho, como cuestión de principio, a celebrar esas reuniones. Todo ser humano, especialmente la mujer, tiene derecho a ser caprichoso, siempre y cuando que su capricho no afecte el bienestar de la comunidad. Yo he estado en estas reuniones. Usted sabe que las más de las veces en esas reuniones sólo se habla de pamplinas –de pamplinas inofensivas. Insiste en que se trata de una cuestión de conveniencia. Isolina tiene derecho a negarse a complacernos en esto. Le suplicamos que nos complazca.

6. Queremos que Paulino Castro voluntariamente renuncie como auditor del Partido nacionalista de Puerto Rico, no como cuestión de principio, sino como medida de conveniencia.

7. Queremos que Paulino Castro o Buenaventura Rodríguez renuncie a la vocalía por el distrito de San Juan. No nos parece justo que dos socios comerciales monopolicen el distrito de la capital de Puerto Rico. No queremos que se nos entienda mal.

8. No queremos que Albizu Campos sea desplazado. Lo que no queremos es que Albizu Campos sea sometido al calvinismo del libre examen, por personas tan sinceras como ignorantes, cuya buena fe corre parejas [sic] con la obsolescencia del Partido Nacionalista [sic].

9. Queremos que se entienda bien claro, de manera que lo entiendan hasta los becerros, que la inscripción del Partido nacionalista es una cuestión de conveniencia, a la cual debe procederse cuanto antes, de suerte que nuestra existencia legal no pueda ser puesta en entredicho por nadie. Creemos que se trata de una necesidad inaplazable, resuelva o no resuelva ir a elecciones el Partido nacionalista. Queremos que se entienda bien que ir a elecciones tampoco es una cuestión de principio, sino sencilla y llanamente una cuestión de táctica, de conveniencia. Queremos que se entienda bien que el inscribirnos o no inscribirnos como electores tampoco es una cuestión de principio, son una cuestión de conveniencia, la cual debe ser estudiada cuidadosamente. Si el Partido nacionalista resuelve inscribirse en Secretaría ejecutiva, no tiene otro remedio que eliminar el nombre de toda persona cuyos derechos civiles estén en suspenso, a través de convicción por delito grave, aunque político. Esto incluye el nombre de Albizu Campos, cuyos derechos civiles están en suspenso por obra y gracia de la tiranía judicial que prolonga Estados Unidos en Puerto Rico, la cual sólo podría ser interrumpida por ahora, a través de la intervención de la llamada clemencia ejecutiva, del presidente de Estados Unidos, que vertida en indulto incondicional, le restituiría plenamente sus derechos civiles. Queremos que se sepa que en caso de indulto incondicional, la plena restitución no incluiría el derecho a ejercer la profesión de abogado, el cual es un monopolio judicial, una especie de franquicia. Yo no tengo la menor duda de que, una vez indultado Albizu Campos incondicionalmente, el Tribunal supremo de Puerto Rico no tendría reparo en admitirlo nuevamente al ejercicio de la profesión. Nosotros queremos que Albizu Campos pueda ser plenamente reintegrado a nuestra vida civil, política y profesional. Queremos que se entienda bien claro, de suerte que lo entiendan hasta los becerros, que decir esto no es pedir la destitución de Albizu Campos ni su desplazamiento. Es, precisamente, pedir su restitución y su reimplantación. No es divorciar al Partido nacionalista de Albizu Campos. Es devolver a Albizu Campos al Partido nacionalista. No es traicionar a Albizu Campos. Es serle fiel por encima de cuatro paredes, por encima de cuatro gatos. No es servir al régimen. No es ser colonial. Es no ser más papista que el Papa. Es hacer frente a una alternativa: o se legaliza la existencia del Partido nacionalista, de acuerdo con nuestras leyes de facto, o desaparece el Partido nacionalista, a través del boicot electoral o de una secretaría  negativa a inscribirnos. La existencia legal de facto del Partido nacionalista no es cuestión de principio. Es una cuestión de conveniencia; es una necesidad. Estamos a punto de que el que diga que el Partido nacionalista es un partido clandestino nos diga una verdad severa, pero amiga verdadera. El anticlandestinaje no es cuestión de principio. El anticlandestinaje es cuestión de táctica, cuestión de conveniencia: necesidad perentoria. Hace ya muchos siglos que Aristóteles dijo que el hombre es animal social –animal político. Sea legítimo el régimen actual, o sea usurpador, los portorriqueños tienen que vivir en sociedad, y la manera conocida de vivir en sociedad es que existe un Estado que desempeñe ciertas funciones indispensables.

10. Queremos que el colega Gaspar Encarnación Santana voluntariamente renuncie la presidencia de la Junta de Santurce, porque su nombramiento es contrario a la línea del partido. La línea del partido es que ninguno de sus funcionarios desempeñe cargos en el Gobierno de facto. La línea del partido no prohíbe a los nacionalistas, individualmente, que sean elegidos, a menos que estos no desempeñen cargos en el Gobierno. Lo que prohíbe es que, una vez desempeñando cargos en el Gobierno, desempeñen cargos en el partido.

La línea del partido prohíbe que las juntas municipales tengan funcionarios militares o cuasimilitares. Estas no son cuestiones de principios. Son cuestiones de conveniencia –especialmente en una colonia. Ahí están Manolín y María Cristina, nacionalistas como ninguno. Jamás han desempeñado un cargo en el Partido nacionalista de Puerto Rico. Son empleados del Gobierno. Son maestros. Las cuestiones que no son de principio pueden ser elásticas, para casos excepcionales, pero estas excepciones deben ser adecuadamente previstas, porque al estirarse o encogerse, puede romperse la línea del partido. Una excepción es, por ejemplo, el oficio de abogado. Ante el gobierno de facto, un abogado es funcionario de la usurpación judicial. Tiene que pertenecer al Colegio de Abogados. Tiene que ser admitido a postular por el Tribunal supremo de Puerto Rico. Tiene que solicitar un monopolio. Pero eso no debe privarlo del derecho a desempeñar cargos en el partido. Esta es línea del partido. Es aplicable a don Pedro Albizu Campos, como abogado. No es aplicable a Encarnación Santana, a pesar de su condición de abogado, porque el cargo por el cual percibe un sueldo no es característico de la toga que le honra.

Aparte de estas consideraciones, Gaspar Encarnación Santana es la sombra de una sombra.

11. Queremos una reorganización in capite et in membris (en la cabeza y en los miembros) del Partido nacionalista de Puerto Rico. Queremos un Concilio de Trento, antes que Lutero y Calvino, como confesión política que nada tiene que ver con la religión, acaben con nuestro nacionalismo. Queremos que se defina bien claro, de suerte que hasta los becerros nos entiendan, en qué pueden reclamar infalibilidad los nacionalistas: solamente en las cuestiones de principio, que por suerte o por desgracia son inusitadamente pocas. No existe la infalibilidad nacionalista, como no existe la infalibilidad papal, en las cuestiones de conveniencia. Las cuestiones de conveniencia deben ser discutidas adecuadamente, con suficiente antelación, porque un movimiento revolucionario, no puede correr el riesgo de que su jefe se dispare la maroma de dar una orden equivocada, porque en los movimientos revolucionarios, como en todo movimiento bien disciplinado, una vez dada la orden, no debe discutirse, so pena de provocar un caos. No debe ponerse a los nacionalistas en el peligroso disparadero de recibir órdenes en conflicto con la conciencia, en conflicto con el sentido común, en conflicto con la experiencia, en conflicto con la disciplina de la historia, la cultura y la civilización. Es por esto que queremos la renuncia de Medina –porque no sabe dar órdenes; porque cuando las dicta, dicta órdenes absurdas, contrarias a toda teoría revolucionaria.

12. Queremos que, cuando se nos hable de democracia, de la soberanía de las asambleas nuestras, se quiera decir lo que se dice. Queremos que se entienda bien claro, de suerte que hasta los becerros comprendan, que las asambleas de nuestro partido, con posterioridad al encarcelamiento de Albizu Campos, y especialmente la última, que fue ostensiblemente amañada, no son genuina expresión de la voluntad del nacionalismo. No deseo profundizar en la naturaleza de un fait accompli (hecho consumado), como no sea para decir que la última asamblea revistió proporciones de comedia. El nacionalismo no es una comedia.

13. Queremos que los nacionalistas sepan claramente que los pabellones nacionales, aun la [sic] de nuestros adversarios, son sagrados; que el nacionalista que sea convicto, a satisfacción nuestra, de profanación a la bandera de Estados Unidos, será expulsado ignominiosamente de nuestra colectividad, sin reparos ni contemplaciones, exactamente igual que si profanase la bandera de Puerto Rico. Fue el propio Albizu Campos el primer en enunciar esta doctrina –el primero en destacar que las banderas norteamericanas capturadas por los españoles en 1898, incluyendo la única bandera capturada en Puerto Rico, fueron llevadas con honores a España, y depositadas en el museo de armas, como el galardón más preciado de las Antillas. Queremos que los nacionalistas sepan que la bandera de Puerto Rico debe ser arriada a la caída de todas las tardes, para evitar posibles profanaciones al amparo de la noche, que a su vez provoque un histerismo de proporciones chauvinistas.

14. Queremos que se sepa bien claro cuánto dinero he recibido para la defensa de Ponce; que se sepa bien claro que hace cinco meses estoy a merced de personas que, en su mayoría, no son nacionalistas.

15. Queremos que el Partido nacionalista otorgue amén de honorable a Telma (Fiallo Henríquez), por ser dominicana, por ser la hija de nuestro delegado en Santo Domingo –y a (Norberto) Cintrón (Ballonet), no sólo porque es su esposo, sino porque es el presidente de la Junta municipal de Río Piedras.

16. Queremos que se haga justicia al doctor Lanauze.

17. Queremos que se haga justicia a Miguel Bahamonde, comunista, a Felipe Colón, republicano; a Gutiérrez Franqui y a Ramos Antonini, populares, y a otros que han colaborado con nosotros, en los momentos más difíciles de nuestra falta de dirección.

18. Queremos que los nacionalistas se den cuenta de que la independencia, santa y noble que es como ideal, no es bálsamo de Fierabrás, que curará todos nuestros males, ni sésamo que abrirá todas nuestras puertas. Queremos que los nacionalistas sepan que un programa que se limite sencillamente a pedir la independencia política, a luchar por la independencia política, es el blueprint (borrador) de un programa, la sombra de una sombra. Queremos que los nacionalistas sepan, sin olvidar la necesidad de la independencia política, que tenemos que resolver el problema económico de Puerto Rico. Nuestra tierra tiene 506 personas por milla cuadrada. Su desarrollo industrial es limitado. Su economía es esencialmente agrícola. Su diabetes es aguda. Albizu Campos sabía eso, Irma. Necesitamos confeccionar un programa económico. Queremos que cuando el imperio nos restrinja la cuota azucarera, hasta los becerros sepan que la limitación de esa cuota es necesaria –que constituye una revolución sin sangre, una revolución en la cual se beneficia tanto Puerto Rico como Estados Unidos. Queremos que los nacionalistas sepan que ese programa económico no puede ser confeccionado de la noche a la mañana, y mucho menos a base de wishful thinking –con cuentas galanas, con la lógica de la lechera, con la lógica de Midas. Queremos que los nacionalistas sepan que el problema de Puerto Rico consiste en que sus cuatro industrias principales, son platos de sobremesa, son postres, y ningún país en el mundo puede resolver a base de postres su problema económico. Queremos que los nacionalistas sepan que estas cuatro industrias, que estos cuatro postres, son el azúcar, el café, el tabaco y los discursos políticos.

19. Queremos que los nacionalistas sepan que ningún movimiento revolucionario debe desvincularse de las masas campesinas y proletarias, tanto nativas como extranjeras, so pena de caer en la anarquía sublimada que hoy días conocida con el nombre de fascismo.

20. Queremos que los nacionalistas dejen de ser reaccionarios, si lo son. Queremos que los nacionalistas se pongan la mano en el corazón, y reconozcan que han perdido la confianza del pueblo, que los admira por su sinceridad, por sus ideales, pero les tiene miedo por el caos que han provocado en Puerto Rico. Queremos que los nacionalistas organicen no solo la santa cruzada de la patria organizada para el rescate de su soberanía, sino para el rescate de la confianza del pueblo. Hernández Vallé tiene razón: hemos perdido la confianza del pueblo, la confianza de nuestros hermanos. Por admitir esto, contra Hernández Vallé se desató también la vil campaña de sutil difamación clandestina.

21. Queremos que los nacionalistas se den cuenta de que ser antiyanqui puede ser tan peligroso como ser pitiyanqui.

22. Queremos que los nacionalistas se den cuenta de que el peligro inmediato no es el de los hombres y mujeres norteamericanos, sino el del imperialismo norteamericano.

23. Queremos que los nacionalistas se den cuenta de que el fascismo es un peligro inmediato; de que el comunismo, si persisten en creer que es un peligro, es un peligro remoto. Esto del comunismo me recuerda siempre la degeneración calvinista, que es el adventismo, que pretende que Cristo vuelva de un momento a otro, y en 1840 se suben a las copas de los árboles, en Estados Unidos, para divisarlo antes que nadie. El comunismo ha pospuesto, por lo pronto indefinidamente, su segunda venida, la de la revolución social universal, de la misma manera que el catolicismo se organiza de tal suerte que su Cristo pueda volver a la hora que quiera, aun dentro de mil años. Los adventistas de la revolución social con los trotskistas, y los apristas, los abecedarios, y los terroristas y contraterroristas portorriqueños. El catolicismo y el comunismo han dejado de ser utópicos en tanto y en cuanto no se empeñan en fijar exactamente la vuelta de su mesías respectivo. Tampoco debe ser utópico el nacionalismo. Queremos que el nacionalismo no sea una figura de retórica. Queremos que el nacionalismo no sea un vicio de dicción. Queremos que el nacionalismo no sea un solecismo político.

24. Queremos que el nacionalismo no insista en un exhibicionismo católico, el cual no agrada mucho ni siquiera a los católicos mismos, porque de vez en cuando reciben la sensación de que se trata de un catolicismo for expediency –de conveniencia no muy sincera.

25. Queremos que el nacionalismo descarte su insistencia anticomunista, insistencia a lo sumo tan oportunista como el exhibicionismo católico. Entiéndasenos bien: No abogamos por la conversión del Partido nacionalista de Puerto Rico en una filial de la Tercera Internacional. Lo que queremos es que se diga la verdad, solamente la verdad y nada más que la verdad respecto del comunismo –que no se sorprenda la buena fe de ningún nacionalista con la pesadilla del doctor Lanauze ni con el tratado de Rusia.

Queremos que se miren las cosas como son, sin ojos ni miopes ni hipermetropes [hipermétropes]. Queremos que se le mire con ojos transparentes, sin cristales ahumados. Queremos que de la misma manera sean mirados herr Hitler y signore Mussolini. Queremos, en fin, que los nacionalistas sean realistas –que no sean fantásticos, que no sean tontos, que conozcan la verdad. “Conoceréis la verdad; y la verdad os hará libres.” Lo dijo Cristo.

26. Queremos que los nacionalistas se den cuenta de que el ideal de la familia no es ni un prole numerosa ni la ausencia de una prole –que determinado número de hijos no es una cuestión de principios, ni siquiera para la Iglesia católica. Queremos que los nacionalistas sepan que deben tomar en consideración la situación económica en sus relaciones de familia.

Queremos que los nacionalistas sepan que el neomaltusianismo ha sido condenado por la Iglesia, no porque el ideal de la Iglesia sea que los hijos sean numerosos, sino porque la contracepción artificial es contraria el Derecho natural y a preceptos positivos de la Iglesia. Queremos que los médicos nacionalistas ayuden a regular la prole, con arreglo a las necesidades de la familia, por medios naturales, que son lo que menos repugnan a la conciencia portorriqueña.

27. Queremos que los nacionalistas sepan que en 1934 había en Puerto Rico unos 350,000 desocupados, cuyo desempleo afectaba a tres de cada cuatro personas. Queremos que los nacionalistas sepan que en 1938 había solamente 150,000 desempleados, cuyo paro forzoso afectaba solamente a uno de cada dos portorriqueños. Queremos que los nacionalistas se den cuenta de que una buena parte del crédito por esa reducción corresponde al señor Roosevelt. Queremos que los nacionalistas den al César, lo que al César pertenece. Queremos que los nacionalistas de a Dios lo que corresponde a Dios. Es verdad que Roosevelt es el representante de un imperio. Es verdad que es enorme su indecisión. Con frecuencia su indecisión es prueba de su buena voluntad hacia Puerto Rico. Un hombre no debe ser combatido sistemáticamente. Un hombre debe ser combatido inteligentemente. Combatir inteligentemente a Roosevelt es argüir que de cada peso que trae la PRRA a Puerto Rico, se gastan trece centavos en Estados Unidos, lo cual no afecta en nada nuestra economía. De ese peso, se gastan en Puerto Rico cincuenta y cinco centavos en jornales. Combatir inteligentemente a Roosevelt es decir que de cada peso que gasta la PRRA en jornales, setenta y nueve centavos son gastados en productos importados de Estados Unidos. Combatir inteligentemente a Roosevelt es alegar que esa economía no es ni puede ser científica. Combatir inteligentemente a Roosevelt es alegar que estas estadísticas son de la PRRA misma.

28. Queremos que la esposa de Albizu Campos sepa que Encarnación Santana dijo en plena Junta nacional que había sesenta juntas, con locales propios, y banderas en asta; queremos que la esposa de Albizu Campos sepa que esto no es verdad.

29. Queremos que los nacionalistas no engañen a los cipayos, con cuentas galanas; queremos que todo el mundo sepa que la utilización de ciertos servicios públicos debe ser en beneficio del Estado, porque nadie tiene en Puerto Rico derecho a ganar $75,000.00 anuales, cuando hay infelices mujeres que sólo ganan doce centavos al día; queremos que todo el mundo sepa que, tarde o temprano, los latifundios azucareros tendrán que ser expropiados, con indemnización o sin ella, preferentemente con indemnización, como ha ocurrido ya con las compañías de la luz, como ha ocurrido ya en México con el petróleo. Esto no es comunismo. Este principio de expropiación forzosa, previa indemnización, por causa de utilidad pública, ha sido reconocido por el extinto Pontífice Pío II.

30. Queremos que todo el mundo sepa, en Puerto Rico, que la realidad no nos ciega: que una expropiación forzosa, en beneficio de la colonia, no es la expropiación ideal que destacamos. Nosotros sabemos que expropiar una central, o una planta eléctrica, o una empresa ferroviaria o cualquier otra utilidad portorriqueña, en beneficio de lo que aquí hace las veces del Estado, de hecho implica expropiar esas empresas en beneficio, no de la comunidad portorriqueña, no del ente jurídico que debiera ser Puerto Rico internacionalmente, sino en beneficio de Estados Unidos. Una empresa así expropiada estaría a merced de los vaivenes de la usurpación judicial de Estados Unidos, de la política ejecutiva de Estados Unidos, de los intereses de Estados Unidos, y no a merced de la voluntad de la comunidad portorriqueña, que es la que en derecho y en justicia debería ejercer esta función reguladora.

31. Queremos que los nacionalistas no se desencanten, no se desilusionen, con las bases navales y aéreas que Estados Unidos proyecta establecer en Puerto Rico. Combatir inteligentemente a Roosevelt es decirle que ese es un error militar –que a nadie se le ocurre duplicar un Gibraltar en una densidad de población de más de 500 personas por milla cuadrada. Hay que decirle redondamente a Roosevelt que eso es algo peor que imperialismo: que eso es criminal. Eso es combatir inteligentemente a Roosevelt. Una voz así elevada pondría a pensar al primer mandatario de la Unión norteamericana. No es uniéndonos al coro aprista, trotzkista [sic], fascista, nazista, falangista y japonés que combatiremos inteligentemente a Roosevelt. Combatiremos inteligentemente a Roosevelt única y exclusivamente a base de la verdad completa, y no de verdades a medias.

32. Queremos que los nacionalistas sepan que ir a la cárcel no es una cuestión de principios; que sepan que escribir exabruptos libelosos no es una cuestión de principios –que la cruz no es grande por ser in cadalso, sino por haber redimido al hombre. Al lado de la cruz del Cristo había dos cruces.

Estas dos cruces siguen siendo cadalsos. No redimieron a la humanidad. El arrepentimiento redimió, a última hora, a uno de estos dos crucificados. Queremos, en fin, que los nacionalistas sepan que el que habla y los que por mí hablan –somos adictos a Albizu Campos y al nacionalismo, que somos tan nacionalistas como el grupo que insensatamente se ha apoderado de la dirección, que combatimos desde adentro.

Jugamos limpio.

Nuestras cartas están sobre la mesa.

Fraternalmente suyo,

J. M. Toro Nazario

Comentario:

El fragmento que antecede, cierra la Carta a Irma (1939) con una propuesta concreta en torno a lo que aspira «grupo revisionistas» del Partido Nacionalista en vista de la crisis por la que atravieza en 1939. La retórica se mueve entre el «retorno a los orígenes»  y la «reinvención táctica» de la organización a la luz de las codiciones dominantes en aquel momento: Segunda Guerra Mundial, amenaza fascista, revisión del orden capitalista y buenas relaciones con el mundo comunistas, en lo internacional: y Novotratismo, Populismo e independentismo con justicia social en ascenso. en el plano nacional. Toro Nazario creía en la posibilidad de la regeneración.

Sin embargo es muy enfático a la hora de afirmar que las reformas que vive el país, enmarcadas en una relación colonial, no tendrán el efecto deseado. Su afirmación final en el sentido de que sigue «adicto» o fiel a Albizu Campos y al nacionalismo, intenta demostrar que el enemigo es el «grupo ortodoxo» y no el «grupo revisionista». Sus esfuerzos por reformular aquel moviento en una dirección «progresista» y no «reaccionaria» fracasaron.

  • Mario R. Cancel Sepúlveda
  • Historiador y escritor

julio 3, 2010

“Carta a Irma” (1939): la solidaridad de los comunistas

Partido Nacionalista de Puerto Rico. Documentos. Carta de José Monserrate Toro Nazario a Irma Solá, 31 de mayo de 1939. Epigrafía, transcripción y edición del Dr. Rafael Andrés Escribano. CPR 324.27295 T686c. Colección Puertorriqueña. Universidad de Puerto Rico: pág.100-101.

Fragmento 8: Los comunistas han sido consistentes

Tengo a la vista ejemplares del Daily Worker, del 25 y el 26 de febrero de 1936 –de los días que siguieron a la muerte del coronel Riggs y al linchamiento de Beauchamp y Rosado. El primero tiene un titular a ocho columnas:

Elías Beauchamp (1936)

“La policía de Puerto Rico inicia el régimen de terror después de las muertes.” El subtítulo, a dos columnas, dice: “Dos abatidos a balazos…” No tengo espacio ni derecho para traducir el despacho a continuación de esos titulares. Bastará que le diga que nada se publicó en Puerto Rico, a favor del nacionalismo, que sea comparable con ese despacho. Los comunistas han sido consistentes con nosotros.

El segundo número del Worker tiene otro titular a ocho columnas: “La infantería de marina a toda marcha hacia Puerto Rico para respaldar el terrorismo oficial.” Traduzco un epígrafe a una columna: “Se hace responsable de las massacres al gobernador imperialista.”

Un editorial de ese número del Worker recalca:

“Dos hombres fueron linchados el domingo en Puerto Rico, por una policía dominada por los norteamericanos, como el punto de partida de una campaña (terrorista) para exterminar el movimiento de liberación nacional en la isla.

“Todo el mundo sabe que nosotros los comunistas no tenemos nada en común con el método del terrorismo individual, del asesinato político. La muerte del coronel Riggs. Jefe de la policía en Puerto Rico, no ayuda en nada al movimiento de liberación. Solamente la acción de las masas, organizadas y disciplinadas para la lucha colectiva, pueda emancipar al pueblo portorriqueño de las garras del imperialismo yanqui.

“Pero la muerte del coronel Riggs está siendo utilizada por el imperialismo norteamericano para pedir la disolución del Partido nacionalista de Puerto Rico. ¿Pueden los socialistas en Estados Unidos permanecer en silencio cuando un hombre como Iglesias se suma al coro de ladrones? ¿Puede el pueblo de Estados Unidos permanecer en silencio ante esta exhibición de la política del Buen Vecino de Roosevelt en Puerto Rico? ¿Buen Vecino?

Buenos linchadores…”

¡Benedicto XV! ¡León XIII! ¡Tratado de Rusia con Estados Unidos! ¡El doctor Lanauze! ¡La carta de Cuba! ¡Los descontentos! ¡Don Ramón Medina Ramírez!

Comentario:

El último argumento de Toro Nazario para documentar la solidaridad del Partido Comunista de Estados Unidos y los comunistas en general con el Partido Nacionalista, tiene que ver con la reacción de aquellos ante el asesinato de Elías Beauchamp e Hiram Rosado en el cuartel de la policía el 23 de febrero de 1936 tras la ejecución del Coronel Elisha Francis Riggs, Jefe de la Policía Insular. (Ver relato de Enrique Ramírez Brau, periodista y testigo de la ejecución a quien Toro Nazario señala como filofascista). Los portavoces comunistas hicieron hincapié en que su respaldo no debía interpretarse como un apoyo al “método del terrorismo individual, del asesinato político”.

El “magnicidio”, “regicidio” o “tiranicidio”, hacía sentido en la tradición interpretativa católica desde la Edad Media, y en la praxis anarquista individualista de fines del siglo 19 y principios del siglo 20. Pero la misma no tenía mucho espacio en la racionalidad revolucionaria marxista leninista o stalinista, según lo demuestra los múltiples roces entre los militantes bocheviques y los sectores anaquistas antes y después del 1917. El hecho de que el «terrorismo individual» fuese respondido con el «terrorismo de Estado» y, en cierto modo, las condiciones legitimaran la disolución del nacionalismo organizado mediante la fuerza , representaba un problema para las posibilidades del futuro de la lucha por la independencia que los comunistas percibían claramente.

Winship_otros

Gob. Blanton Winship, el Dr. Eduardo Garrido Morales y el jefe de la Policía Enrique Orbeta (c. 1938)

El concepto «terrorismo» se había convertido en una invectiva directa contra los pequeños burgueses y traidores que Stalin identificaba con susopositores trotkystas, entre otras tendencias. Los comunistas veían en el magnicidio, el tiranicidio o el regicidio una expresión irracional de la violencia individual que “no ayuda en nada al movimiento de liberación” en la medida en que no lo adelantaba. Con actos como aquellos, sostenían, se le ofrecían municiones al Estado y al imperialismo para justificar su agresión a la militancia nacionalista. Los comunistas argumentaban que ese tipo de actos dañaba más que adelantaba la causa de la independencia y que el camino de la emancipación dependía de la lucha de masas de la cual el nacionalismo parecía alejarse al reiterarse en aquellas prácticas.

La lógica de Toro Nazario convergía con la de los comunistas aunque él no era militante de esa ideología. A pesar de que nada garantizaba que un cambio dramático en las tácticas de combate nacionalistas en 1939 hubiese alterado el papel del Partido Nacionalista en la lucha por la independencia, lo cierto es que el asunto de la violencia individual (ocasionalmente suicida) de los nacionalistas y sus comandos, no adelantó la causa de la libertad política en aquel contexto. Por el contrario, estimuló la represión y aseguró la criminalización de una lucha política legítima

  • Mario R. Cancel Sepúlveda
  • Historiador y escritor

julio 2, 2010

“Carta a Irma” (1939): La Guerra Civil Española

Partido Nacionalista de Puerto Rico. Documentos. Carta de José Monserrate Toro Nazario a Irma Solá, 31 de mayo de 1939. Epigrafía, transcripción y edición del Dr. Rafael Andrés Escribano. CPR 324.27295 T686c. Colección Puertorriqueña. Universidad de Puerto Rico: pág. 60.

Fragmento 7: El caso de Enamorado Cuesta

La carta de Cuba también apela al testimonio privado del exnacionalista Enamorado Cuesta y su esposa. Es significativo que el testimonio privado de Enamorado Cuesta haya sido invocado privadamente, mientras la dirección nacionalista se desvincula públicamente de Enamorado Cuesta, a causa de los artículos en que habla, entre otras cosas, de reaccionarios en el Partido nacionalista de Puerto Rico.

¿A quién debe usted creer? ¿Al Browder cuyas palabras exactas cito o a un Browder de segunda mano? ¿Al Enamorado Cuesta cuyas palabras exactas fueron reproducidas por La Correspondencia, La Voz de Nueva York y Prensa Libre, [o] a un Enamorado Cuesta de segunda mano, desautorizado, en Cuba? Es significativo que el desautorizado Enamorado Cuesta es veterano de la Guerra española. Significativo es que Pacheco Padró, también veterano, expresidente de la Junta municipal de Santurce, no figura en nuestras filas. Es significativo que Medina hablara mal de Gilberto Concepción en la reunión de Río Piedras. Parece que lo que importa es desvincularnos de la España republicana.

El caso de Enamorado Cuesta es en verdad representativo. Es la extrema de la disyuntiva nacionalista.

Comentario:

Toro Nazario expone un caso emblemático de lo que significó la crisis ideológica del Partido Nacionalista y su relación contenciosa con el Frente Popular que enfrentaba al falangismo franquista. Se trata de aquel a quien denomina el  “Browder de segunda mano” José Enamorado Cuesta (1892-1976) nacido en Yauco, comunista militante, veterano de la Guerra Civil Española, menos conocido como poeta e historiador de la Generación de 1930. La vida de Enamorado Cuesta representa, como otros activistas de su generación, un interesante contrapunto a la posturas dominantes en su entorno histórico social. Se trata del mismo militante fiel a Albizu campos que, en noviembre de 1931, retó a duelo en el campo del honor a José Coll y Vidal, director del El Mundo, tras la publicación del editorial “Albizu calumniador” en donde acusaba a este de ofender el honor de aquel empresario.

jose_e_cuestaEnamorado Cuesta fue autor, entre otros, del volumen  El imperialismo yanqui y la revolución en el Caribe (Editorial Campos, 1936). Fue una más de las figuras polémicas que aparecieron en el partido en el momento del debate en torno a la dirección en la cual debía moverse ideológicamente el nacionalismo: hacia la derecha afirmando su nacionalismo o hacia la izquierda afirmando un proyecto social que mirara hacia los explotados y el abajo social. Aquel debate  condujo a la expulsión de numerosos partisanos. No hay que olvidar que las purgas o purificaciones organizativas son inseparables de los momentos de crisis organizativa que general las crisis económicas en especial cuando se combinan con las razias de la represión estatal. Otros prefirieron la autoexclusión o sencillamente se alejaron del movimiento y se integraron a las nuevas izquierdas rojas que florecían entre los disgustados del Partido Socialista, el Partido Liberal Puertorriqueño y el Partido Nacionalista. Una parte significativa de ellos enriqueció la experiencia de Acción Social Independentista (1936) y el Partido Popular Democrático (1938), organizaciones que, por su discurso público, se movían en el movedizo territorio de las izquierdas por aquellos años.

Los choques de Enamorado Cuesta con el nacionalismo y su “grupo ortodoxo”iniciaron en medio de la huelga de los empleados de la caña durante la zafra de 1934. El poeta e historiador favorecía la integración de los obreros a las luchas nacionalistas, probable expresión del reconocimiento de la debilidad orgánica de su propio partido. La postura oficial del nacionalismo fue dejar que los trabajadores elaboraran sus organizaciones por su cuenta El otro choque vino en 1937 cuando contravino una decisión de Partido Nacionalista que instruía a la militancia a no intervenir en la Guerra Civil española. El silencio de la dirigencia nacionalista respecto a España y Franco, era similar al que manifestaba respecto a Trujillo y su dictadura en República Dominicana. Enamorado Cuesta ya no  militaba en la organización en 1938.

La lógica de la exposición de Toro Nazario  parece confirmar la hipótesis de que el exclusivismo nacionalista y la hispanofilia, se habían convertido en un problema para la organización a la hora de tomar posición ante la Guerra Civil española. En la práctica, los choques ideológicos entre el “grupo ortodoxo” y los simpatizantes de los “rojos” distanciaban al liderato medio radical del liderato del 1930. El Partido Nacionalista de Puerto Rico fue incapaz de una transición de poder sana tras la debacle que produjeron los arrestos de 1936 y su descabezamiento por las autoridades federales. Ramón Medina Ramírez, el presidente del “grupo ortodoxo”, representaba la continuidad de una praxis identificada con Albizu Campos que Toro Nazario vinculaba  con el fascismo y el terrorismo reaccionarios. Las posibilidades de un nacionalismo democrático radical que mirase hacia la izquierda y hacia el abajo social, se cancelaron  ante el poder de aquel sector.

  • Mario R. Cancel-Sepúlveda
  • Historiador y escritor

junio 17, 2010

“Carta a Irma” (1939): Anticomunismo y Nuevo Trato

Partido Nacionalista de Puerto Rico. Documentos. Carta de José Monserrate Toro Nazario a Irma Solá, 31 de mayo de 1939. Epigrafía, transcripción y edición del Dr. Rafael Andrés Escribano. CPR 324.27295 T686c. Colección Puertorriqueña. Universidad de Puerto Rico: pág. 35-38

Fragmento 6:  Fanatismo anticomunista

Después de todo, creo que ha sido providencial que nos reuniéramos en el patio que comparte el doctor Lanauze con Pepín Castro.

La carta de Cuba apela al testimonio privado de Earl Browder, presidente (sic) del Partido comunista de Estados Unidos.

Por lo que puede hacer al caso, la posición de Browder es la siguiente:

(1) Está abiertamente por la completa independencia de Puerto Rico.

(2) Tiene, como finalidad, una reorganización genuinamente socialista de la sociedad, como la más elevada forma de la democracia.

(3) Cree que la mayoría del pueblo portorriqueño todavía no se ha puesto de acuerdo respecto del camino hacia la consecución de estos fines.

(4) A pesar de estas diferencias, Browder está dispuesto, mientras tanto, a secundar una acción de mejoramiento y la gestión de mayores derechos democráticos.

Esta es, en síntesis, la posición del Partido comunista de Estados Unidos. Esta, es, en síntesis, la posición del Partido comunista de Puerto Rico. Esta es, en síntesis, la posición de la Tercera Internacional.

Earl Browder (PC de EU)

A pesar del anticomunismo nacionalista, el Partido comunista de Estados Unidos es el único que en ese país tiene la independencia de Puerto Rico en su programa. El Partido socialista de Estados Unidos la tuvo hasta hace poco. Víctima del trotskismo, la ha dejado en suspenso: la ha abolido. Norman Thomas, el exministro protestante que preside el Partido socialista de Estados Unidos, ha hecho declaraciones recientemente, las cuales virtualmente favorecen la perpetuación de la colonia. En la tierra cumbre del eufemismo, Thomas se ha manifestado a favor de una autonomía que no corresponde al concepto clásico del vocablo, sino a la acepción yanqui del mismo.

Por lo que pueda hacer al caso, el programa del Partido comunista de Puerto Rico dice específicamente:

“8. f. –Seguir conjuntamente la lucha por absolutas libertades civiles; por la libertad de todos los presos políticos; por el derecho de organización, huelga y libertad de palabra en todos los sitios de la isla, incluyendo las colonias azucareras.”

No olvide, Irma, que me refiero a un programa aprobado varios años después del celebérrimo tratado de Rusia.

Más adelante:

Pasquín del PC de EU (1940)

“11… la acción unida en la campaña por la liberación de los presos políticos…”

El artículo 8 del referido programa constituye un llamamiento al Partido nacionalista, entre otros, para la constitución de un Frente democrático.

Otra parte dice:

“8.h… porque se use nuestro idioma vernáculo como vehículo de enseñanza.”

El artículo 13 dice en parte:

“La sección reaccionaria del gobierno de Winship, en abierta violación de la política de buen vecino,  no lleva a cabo el programa progresista de Roosevelt. En vez de eso, este gobernante reaccionario militariza la policía, ataca al pueblo usando la fuerza y la violencia, permite la organización en territorio portorriqueño de agrupaciones fascistas extranjeras, como la Falange española, y de hecho reconoce el agente de Franco en lugar del representante legítimo del Gobierno republicano español. La reacción en Puerto Rico, así como en Estados Unidos, respalda y se alía al fascismo alemán, italiano y español.”

El fanatismo anticomunista de la esposa de Albizu Campos llega al extremo de describir al Partido comunista como una unidad, “con asiento en Rusia.”

Monseñor (Fulton J.) Sheen (1895-1979), autoridad anticomunista, tiene que confesar que son de Browder las palabras siguientes: “El Partido comunista /de Estados Unidos/ no recibe órdenes de Moscú.”

Norman Thomas (PS de EU)

Tengo a la vista un informe confidencial del Partido comunista de Harlem, informe al cual tendré ocasión de referirme más adelante. Por ahora entresaco lo siguiente:

“¿Es la independencia una controversia inmediata para Puerto Rico? Esto será resuelto por nuestro partido fraternal en Puerto Rico, sobre la base de las condiciones en la isla. Nosotros /los comunistas de Estados Unidos/ no estamos aquí /en Estados Unidos/ para decidir por ellos /los comunistas de Puerto Rico/. Todo lo que podemos decir es que como comunistas estamos por la liberación de todos los oprimidos. Si estuviéramos en el poder en Estados Unidos, Puerto Rico sería libertado inmediatamente, pero mientras esté en el poder en este país /Estados Unidos/ un gobierno burgués, respaldaremos las aspiraciones democráticas y los deseos del pueblo de Puerto Rico.

“Nosotros los comunistas estamos por la autodeterminación de todos los países oprimidos. Estamos por la completa y absoluta independencia de Puerto Rico, pero al levantar una controversia semejante, queremos aclarar que también estamos interesados en el bienestar económico y social de los portorriqueños. También nos preocupan otros que son partidarios de la opresión nacional, que día tras día, en ese país /Puerto Rico/ levantan el problema de la autodeterminación, no porque les importe un comino el pueblo de Puerto Rico, sino porque su único interés es entorpecer la administración del Nuevo Trato, atacando la política del Buen Vecino, para crear la confusión, la desconfianza y la desunión, en beneficio de los belicosos fascistas.

“Cuando se examina la situación internacional, se descubre que el peligro contemporáneo es el fascismo. Porque estamos por la verdadera y absoluta liberación de todas las naciones oprimidas, queremos acabar con el fascismo. El pueblo de Puerto Rico también está preocupado con el peligro del fascismo. Cómo pelear contra el fascismo y cuánto puede contribuir el país /Puerto Rico/ en la lucha, sin abandonar la lucha por la emancipación nacional, o más bien como parte de esta lucha –ese es el problema de Puerto Rico.

“Levantar a estas alturas el lema de que un Puerto Rico libre podría ser invadido por Hitler o Mussolini, es no ser realista.

“No es imposible que Puerto Rico, como cualquier otro país del continente, no pueda ser agarrado por una potencia, pero la realidad demuestra que no podría ocurrir ahora, cuando casi todo el nuevo mundo respalda la firme actitud asumida por Roosevelt. Levantar semejante cuestión ahora es detener la organización y el progreso de las fuerzas de la liberación nacional de la isla.

“El verdadero peligro del fascismo en Puerto Rico es interior –es el gobernador Winship, a menos que Winship y toda su administración no sea borrada del mapa insular. Las sesenta familias del capitalismo financiero de Wall Street, están representadas en Puerto Rico por los latifundios azucareros, por el gobernador Winship, ahijado de Tydings, y sus satélites.

En la lucha contra el fascismo, ¿dónde encontramos a Winship? Al lado de Wall Street, de Hoover, de Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini –contra el Nuevo Trato de Roosevelt. Para luchar contra el fascismo en Puerto Rico, tenemos que luchar por la destitución del reaccionario gobernador de la isla.”  Executive Report of the Assembly Council, 30 de abril de 1939.

¿Es ése un partido con asiendo en Moscú?

Comentario:

Para demostrar lo inapropiado de una política anticocomunista en el Partido Nacionalista de Puerto Rico, Toro Nazario resume las posturas públicas de Earl Browder (1891-1973), Secretario General del Partido Comunista de Estados Unidos entre 1934 y 1945 en cuatro puntos:

  • Favorece la independencia de Puerto Rico
  • Favorece el socialismo con el mayor grado de democracia para Puerto Rico: no comparte el autoritarismo del bolchevismo ruso y el estalinismo yasegura que organizació no sigue instrucciones de Moscú o la Tercera Internacional Comunista
  • Reconoce que los puertorriqueños no se han puesto de acuerdo con respecto a cómo conseguir esos fines: no ha madurado un Frente Popular amplio lo que sugiere que no reconoce legitimidad al PPD fundado en 1938
  • Favorece medidas democráticas para la colonia en lo que se ponen de acuerdo: no se opone al Nuevo Trato como recurso para paliar la crisis

El Partido Nacionalista, añade, podía contar con el Partido Comunista de Puerto Rico como colaborador en los dos frentes más importantes a la altura de 1939:

  • La campaña de liberación de los presos políticos del 1936
  • La campaña de defensa del uso del vernáculo como vehículo de la enseñanza objetivo que también estaba como un meta en su prograna electoral de 1932 y que aparecerá en el programa del PPD para las elecciones de 1940

Sus argumentos sirven para poner en duda la eficacia del “grupo ortodoxo” y la afirmación de la tendencia anticomunista en las figuras del “hombre de las tres jotas”, Laura Meneses del Carpio y sus acólitos. También llama la atención sobre el hecho de que el Partido Comunista de Puerto Rico no depende del  de Estados Unidos a la hora de diseñar sus tácticas de lucha. Esa autonomía ideológica de comunismo local se ajustaba teóricamente a la política soviética que partía de la premisa de que los militantes más preparados para determinar la ruta de la praxis eran los que estaban directamente relacionados con el escenario de lucha.

De inmediato, Toro Nazario contrasta esas posturas con las adoptadas por el moderado Partido Socialista de Estados Unidos que en aquel entonces estaba bajo la dirección de Norman G. Thomas (1884-1968), candidato presidencial en los comicios de 1928, 1932  y 1936, y favorecedor de  “la perpetuación de la colonia” en el país en la forma de un régimen autonómico en el cual parece preverse la lógica del PPD. En 1939 estaorganización discutía la táctica de posponer la independencia en el marco del escenario de beligerancia y la amenaza del fascismo que rodearía las elecciones de 1940.

El abandono del apoyo a la independencia por los socialistas lo achaca Toro Nazario al «trotskismo» que domina al nacionalismo. El concepto vale por «violencia porla violencia» o «terrorismo». Los socialistas no toleran la violencia nacionalista. Comunistas y socialistas estadounidenses diferían no solo respecto a la política a seguir con la colonia. Las relaciones de los socialistas con la Unión Soviética y el régimen de Stalin eran mucho más distantes que las de los comunistas, organización que había afirmado públicamente en varias ocasiones  que no tenía conexiones con Moscú. En ese sentido el anticomunismo del “grupo ortodoxo” resulta incomprensible para el autor de la “Carta…”

Una vez establecida esa pauta el autor, sin ser comunista, llama la atención sobre la disposición del Partido Comunista de Puerto Rico a colaborar con la causa del nacionalismo en áreas sensitivas como la lucha por la democracia, la defensa de los presos políticos y de la lengua vernácula y la resistencia a la dictadura fascista del gobernador Winship. El área en la que no convergían era, como se sabe,  en el juicio en cuanto al «Nuevo Trato» y los efectos político-sociales que estepodía tener en los puertorriqueños.  Las críticas de comunistas como el Dr. José Lanauze Rolón al incumplimiento de la aplicación de las políticas de los programas novotratistas en la isla, si bien eran compartidas por un segmento de obreros radicales que militaban en el Partido Socialista local y en la Federación Libre de Trabajadores desde antes de 1938, no convencían a los nacionalistas quienes, en numerosas ocasiones, tildaron al novotratismo de ser una limosna infamante y un insulto al honor de la nación. Por ello, a pesar de las coincidencias, las posibilidades de fundar un “Frente Democrático”  o «Popular» que incluyera a comunistas y nacionalistas, fueron pocas.

El extracto del “informe confidencial del Partido comunista de Harlem” del 30 de abril de 1939, detalla las posturas de los comunistas continentales respecto a Puerto Rico.

  • La lucha por la autodeterminación no debía ser impedimento para que se aceptaran los beneficios del «Nuevo Trato»: la primera no excluía a la segunda.
  • El enemigo de aquel momento era el fascismo aunque no se debía usar el fantasma de su amenaza con el propósito de frenar la voluntad independentista local como luego hizo consistentemente el PPD una vez accedió al poder en 1940. La idea de que Puerto Rico debía posponer la independencia para evitar caer en manos de Alemania o Italia era infundada, igual que la idea típica de la Guerra Fría (1947-1989) de que si el país se separaba de Estados Unidos caería en manos de los comunistas.
  • El fascismo en Puerto Rico estaba representado por el gobernador Winship y una elite capitalista local asociada al republicanismo, el estadoísmo y a las fuerzas de la falange española.

La defensa del comunismo y el apoyo al Nuevo Trato, no debían ser consideradas posturas contradictorias. Me parece que el rechazo al «Nuevo Trato» por parte de los nacionalistas debería  comprenderse en el contexto de una situación local. Un segmento del independentismo liberal y moderado se estaba aprovechando del reparto de ayudas  federales para hacer capital político: me refiero a  Luis Muñoz Marín (1898-1980) y su gente. Es probable que el nacionalismo antinovotratista los estuviese percibiendo como aliados del colonialismo y adversarios de la independencia más que como un potencial aliado político.

Lo cierto es que la postura antinovotratista distanciaba a los nacionalistas del pueblo común y los acercaba filosóficamente a los republicanos y los fascistas que compartían esa oposición en virtud de su defensa del libre mercado y la libre competencia. La afinidad entre aquellos grupos en el asunto de su oposición al Estado Interventor no tomaba en cuenta las diferencia que poseían en torno a la  cuestión del estatus.

  • Mario R. Cancel Sepúlveda
  • Historiador y escritor
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