Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura

diciembre 4, 2010

Puerto Rico en 1646: Diego de Torres Vargas

Descripción de la Isla y Ciudad de Puerto-Rico, y de su Vecindad y poblaciones, presidio, Gobernadores y Obispos: Frutos y Minerales (Fragmento)  Enviada por el Licenciado Don Diego de Torres Vargas, Canónigo de la Santa Iglesia de esta Isla en el Aviso que llegó a España en 23 de Abril de 1647 a Gil González Dávila para informarlo para su libro Teatro Eclesiástico de las Primitivas Iglesias de las Indias Occidentales (1649)

Península de Puerto-Rico (La ciudad)

La ciudad de Puerto-Rico al principio de su descubrimiento, se fundó en la banda del Sur, a la tierra firme de la Isla, una legua de la bahía que hoy es el principal puerto, con nombre de la villa de Caparra; y de este nombre hallo en Antonio de Lebrija que hay una ciudad en Castilla junto a Ciudad Rodrigo, que se llama Caparra, y las ventas de Caparra; y como era costumbre de los españoles en los nuevos descubrimientos, poner los nombres de las tierras de donde eran naturales, pudo ser que en el principio de su fundación, algunos de los españoles principales le pusiesen este nombre, porque no le habían de dejar el nombre de los indios fundándola con nombre de villa. En ella se labraron algunas casas de piedra de que hoy parecen cimientos y se hallan rastros aunque pocos, y porque los que nacían en dicha villa no se lograban a causa del viento Sur, que corriendo sobre la tierra, era tan enfermo que ocasionaba mocezuelo en los niños; después de diez o doce años se mudaron a la Península en que hoy está la Ciudad, que bañada del viento Este que es la brisa y corre de la mar, es saludable y alegre. Esta Península se abrocha a otra con un puente que llaman de los soldados, porque en ella se hacen guardias, y se tiene un fuerte para atalaya del enemigo si intentaren venir por la tierra, para que cortando el puente, den aviso a la Ciudad que está media legua distante: de esta segunda Península, corre a la tierra firme de la Isla, otro puente mayor que llaman Martín Peña porque devió de ser su artífice, y así se quedó con el nombre. En la tierra firme del primer puente hay una fuente de agua dulce que en tiempo de seca, que falta el agua de los algibes de esta Ciudad, la socorre; y corre por dos caños poco menos gruesos que la muñeca y nunca, aunque se adelgazan a menos que un dedo, se ha visto faltar el agua; háse tratado de traer a la Ciudad y por estar más baja no se ha ejecutado. Será población esta Ciudad de quinientos vecinos con razonable casería de piedra y alguna de tabla que llegan a 400; los materiales para fábrica de ellas son los mejores de las Indias, y tan cerca, que dentro de la Ciudad se halla todo el material necesario, y las maderas a menos de dos leguas. Consta de diez Regidores, Alférez mayor, Alguacil mayor, y Depositario general; con elección de Alcaldes ordinarios y otros dos de la Santa Hermandad, un procurador general, un fiel executor y un mayordomo de Ciudad con su portero, y a todos los Cabildos preside el Gobernador.

San Juan (detalle)

Las armas que tiene le dio su Magestad, año 1511, siendo procurador un vecino llamado Pedro Moreno; son: un cordero (de San Juan que es su patrón) con su banderilla, y el cordero sobre un libro, y todo sobre una Isla verde que es la de Puerto-Rico, y por los lados una F. y una Y. que dicen Fernando e Isabel, los Reyes Católicos que se las dieron e hicieron igual en todos los privilegios y mercedes a la Isla Española; como lo dice Antonio de Herrera en su Crónica general de las Indias. La infantería es de cuatrocientos soldados con dos capitanes, un sargento mayor y un castellano en la fuerza de San Phelipe del Morro, que se hizo antes de la cerca de la Ciudad, y para su planta mandó Su Magestad al Maese de campo Juan de Tegeda, cuando vino por Gobernador a la Havana, que pasase por este puerto y con Juan Heli su ingeniero mayor la designare, como la hizo el año 1584, y así esta planta y la del Morro de la Havana, me parecen una, con diferencia de que esta fuerza es mayor, porque tuvo más planicie por donde correr, y la de la Havana más fuerte, por ser por la mar y la tierra fundada sobre peñas que hay; está solo por la banda de la mar. Hase gastado en dicha fábrica del Morro aunque le falta la entrada cubierta y otros reparos, un millón y novecientos mil ducados, y si se acabare, llegará a dos millones sin lo que ha costado la cerca, que con lo que han dado los vecinos en voces, pasa de doscientos mil ducados; (…) La fuerza del Morro dicho tiene ochenta y cuatro piezas de artillería, y algunas piezas que arrojan treinta libras de bala, las setenta son de bronce y las otras de hierro colado.

En la Ciudad Iglesia Catedral, antiquísima, y que comenzó con gran fábrica, si se acabara. Es su patrón y titular Señor San Juan Bautista, y tiene por armas un cordero con diadema sobre unos islotes. El cordero atravesado con una cruz, metido dentro de; un círculo que tiene estas letras «Joannes est nomen eius.» Su obispado tiene corta-renta con sus prebendados, que son ocho, porque aunque eran nueve, se mandó consumir una canonjía para la Inquisición, habrá ocho o nueve años, y así hay Dean, Arcediano y Chantre, tres Canónigos y dos Racioneros, pertiguero y portero. Los réditos de Misas de Capellanía, cantadas y rezadas, que tiene la Iglesia con veinte y seis mil y docientos reales de plata. Los diez y seis mil de misas cantadas, y los diez mil doscientos de Misas rezadas, y ésta la principal renta con que cortamente se sustentan, porque los diezmos valen poco, y así tienen suplicado a Su Magestad se la acreciente, y parece justo: en esta Santa Iglesia, aunque no hay canongía magristral, tiene dotación de cien ducados de renta cada año para un maestro de Gramática, que la lee de ordinario a los hijos de los vecinos de ella, y se paga la dicha renta con título de maestro de Gramática.

El convento del Señor Santo Thomas del orden Dominico, también tiene muchas Capellanías que valdrán la mitad de lo que a la Iglesia; es convento grave y en tal asiento fundado, que mueve a devoción juntamente con las Imágenes que tiene, entre las cuales está en el altar de Señor San Joseph, Nuestra Señora de Betlen, un cuadro pequeño como de tres cuartas y antiquísimo, pero tan lindo y lucido como si acabara de hacerse, haviendo más de cien años que está en el dicho convento; esta Santa imagen estuvo muchos años en el dormitorio del convento en Altar particular, y por tradición se tiene, que le cantaban algunas noches a Maitines los ángeles, y siempre los religiosos de aquel convento y vecinos la han tenido y tienen en suma veneración. También hay otra Imagen más nueva, de bulto, que se trajo ha treinta y cuatro años de Sevilla, que es de la advocación de Nuestra Señora de Candelaria; y estando el navío para quedarse en aquella flota por la mucha agua que hacía, así como entró la Imagen Santísima estancó el agua e hizo el viage hasta esta Ciudad sin hacer ninguna, y en ella ha obrado muchos milagros y conmigo dos, que por la brevedad no refiero, pero es cierto que si no fuera ansi no lo dijera, y siendo necesario, lo juro, y suplico no se deje de hacer memoria de estas dos devotas Señoras, la de Betlen y Candelaria, del convento de Señor Santo Thomas. Los religiosos ordinarios son treinta, porque hay casa de noviciado que alcanzó el Provincial de esta orden, fray Jorge Cambero, como natural de esta Ciudad, el año de 1645, que aunque la hubo antiguamente, se había reducido a Santo Domingo, y ansi mismo puso casa de estudio de artes y de Gramática para los novicios y vecinos de la Ciudad que quisieren estudiarlos y hoy se está fabricando nueva casa de noviciado, para que en ella se hagan generales los estudios.

El convento de Señor San Francisco, es nuevo, que la licencia se alcanzó el año de 1642, aunque los Religiosos vinieron antes ocho años, con intento de fundarle a instancia de Don Francisco de Villanueva y Lugo, Depositario general de esta Ciudad, que se halló el año de 1633 en la de Santo Domingo, y por devoción de nombre y del Santo, pidió a los Religiosos que iban a hacer su capítulo a la ciudad de Caracas, tratasen de fundar en esta Ciudad; y así le hicieron a que ayudó el Obispo Don Juan López Agurto de la Mata que se halló entonces en la visita de la isla Margarita.

La licencia para el convento de Monjas que se suplicó a Su Magestad se fundase en esta Ciudad, se alcanzó el año pasado de 1646. La fecha de la Cédula, en Zaragoza a 1º de julio: concedió tres Monjas de Sevilla del orden del Carmen calzado, que así lo quiso Doña Ana de Cauzos natural de esta Ciudad, que es la persona que con su hacienda se ha ofrecido a ser su fundadora; tiene fabricada la casa para el dicho convento junto a la Iglesia Catedral, en casa particular suya y que antes fue colegio de estudiantes donde se leía gramática con vocación antigua de Señor San Idelfonso, y por ser de la Iglesia se vendió con otras que tenía por parecer al Obispo Don Juan López Agurto de la Mata que era de más útil a la Santa Iglesia de esta Ciudad; y en ella hay dos Hospitales, el uno de la vocación de Nuestra Señora de la Concepción, fundación de un vecino de los antiguos y ricos llamado Francisco Juancho, Vizcayno de nación, pero no se hallan papeles de la antigüedad aunque tiene descendientes legítimos en esta Ciudad. Las elecciones de diputados y mayordomos, se hacen por los Cabildos eclesiástico y secular, alternando cada un año. Tiene este hospital, capellán con cien ducados de renta y casa y servicio y renta de tributos con que se sustenta, e indulgencias a los que murieren, lo que no se sabe más que por tradición, por haberse perdido los papeles, y que algunas personas principales, por gozar de dichas indulgencias, se hacían traer a morir en el dicho hospital. Otro hospital hay más nuevo con vocación de Santiago; que es de la Infantería del presidio; la casa es de Su Magestad, y la renta de la misma Infantería, que de sus sueldos le sustentan y también algunos tributos, que a los principios pusieron sus fundadores, aunque pocos. Hermitas hay, la de Señora Santa Ana, Señora Santa Bárbara, Señor San Sebastián, y había la de Señora Santa Catalina, y por que cayó fuera de la muralla, la deshizo Don Iñigo de la Mota Sarmiento, Gobernador que fue de esta Ciudad, y sobre la misma muralla, le hizo otra capilla y altar donde se celebra su fiesta en su día.

En la isleta en que está fundada la Ciudad, que será de media legua de largo, no se halla agua manantial y así se han hecho en las casas, algibes, y cuando falta, se acude a la fuente que está media legua, y por mar y tierra se trae a la Ciudad; y también del río que se llama Bayamón, que sale a la misma bahía de frente de las casas Reales del Gobernador, y otro que llaman Río-piedras que también sale a la misma bahía; y ambos son de escelente agua, porque todas las de la Isla, como son de oro, se tienen por bonísimas y muy digestivas, pero la más delgada, habiéndolas pesado todas, fue la del Aybonito, cerca del valle de Coamo, como dos leguas: y después de ésta, la del río Guanajibo, que es donde está fundada la villa de San Germán, y tiene este río, piedras salutíferas para mal de hijada, flujos de sangre, dolores de cabeza, y hacer venir la leche a las mugeres paridas que no la tienen, y otros males de estómago y diversas enfermedades, y así se llevan a todas las partes de estas Indias y a España, por ser la virtud suya conocida en todas ellas.

En dicha villa de San Germán hay tres cosas de grande estimación que son el río Guanajibo de agua muy saludable, una excelente campana, y una Imagen de la Concepción en lienzo de admirable mano y hermosura, que está en el hospital de la dicha villa donde hay también un convento del orden de Santo Domingo; y en la Aguada hubo en los principios de su fundación otro convento de Señor San Francisco, que es el que ahora se ha transferido a esta Ciudad con pretesto de reedificación por la contradicción que le hicieron los frayles Dominicos, y deshizóse aquel convento porque los indios caribes, que entonces infestaban mucho la Isla, martirizaron cinco religiosos a flechazos de que no he podido saber los nombres por la antigüedad y falta de archivos y papeles, pero es cierto que fue la causa de su despoblación, el martirio de estos Santos religiosos, que como entonces había pocos y eran menester para obreros de esta nuestra viña del Señor, quisieron guardarse para confesores, los que quedaron, más que para mártires.

Tienen en dicha villa una Imagen en el sitio que llaman el Hormiguero, de la vocación de Nuestra Señora de Monserrate, es pintura del grandor de tres cuartas de largo, en hermita particular, y con tributos para su renta; de gran devoción y algunos milagros; y dejando de referir muchos, fue notorio que el mayordomo de dicha capilla llamado Giraldo González, tuvo entre otras una hija que, de edad de ocho años, se le perdió en los montes que en aquella parte son de grandes sierras y alturas, y enviándola a buscar a muchas personas; al cabo de quince días hallaron la niña buena y contenta, y la ropa sana, como cuando se perdió: y preguntándola como había vivido sin sustentarse, dijo que una muger la había dado de comer todo aquel tiempo, alhagándola y acariciándola como madre: de que se entendió ser la de misericordia y Virgen de Monserrate, de quien el dicho su padre era devoto, y fundador de la hermita que hoy tiene, crecida su devoción con milagros que obra con la gente de aquella villa cada día. Es población la dicha villa de San Germán de doscientos vecinos, y está sugeta al Gobernador y capitán general de esta Ciudad, que pone teniente de su mano, pero tiene jurisdicción separada. Regidores y Alcaldes ordinarios, que como villa, elije cada año, con alférez mayor y alguacil mayor y escribano de Cabildo y público.

El valle de San Blas de Coamo tiene otra hermita, demás de la Iglesia, con vocación de alta gracia, y también es de gran devoción, y su Imagen, pequeña, de bulto, de tamaño de una vara, y tiene tributos con que se sustenta la lámpara que es de plata, como la de la Iglesia del dicho valle, y está veinte leguas de esta Ciudad y será población de cien vecinos. La otra población; que está doce leguas de esta Ciudad, se llama San Felipe del Arecibo; tiene el mejor río con el mismo nombre de quien le tomó el pueblo, que yo creo que es el mejor que hay en la Isla; ancho, claro, bajo de buen agua y buen pescado y su ribera es de las mejores, para la labranza de gengibre y cacao, de cuantas hay en la Isla; el puerto es de costa brava, y así los bajeles paran poco en él porque cualquiera norte los echaría a la costa de fuera. Es tan hermosa la vista, que los enemigos le llenan jardín dorado, y el río donde está poblado el lugar, que será de cuarenta vecinos, por media legua corre tan a la orilla de la mar a donde sale, que no hay más de la mar al río, de como cuarenta pasos, que es de grande alegría a los que le miran; y es de manera, que podrán pescar con cordel, a un mismo tiempo, en la mar y en el río, más de media legua dentro de la boca, que no se podrá hacer en otro río de la Isla. Tiene este lugar, demás de la Iglesia, otra hermita de Nuestra Señora del Rosario donde van las proseciones, y con renta y capellanía de Misas que dejó un vecino y natural de aquel pueblo, llamado Juan Martín de Benavides.

Comentario:

La Descripción de Isla y Ciudad de Puerto-Rico de Diego de Torres Vargas (1646) es producto de la pluma de un intelectual criollo vinculado a lo más selecto de la aristocracia colonial. Torres Vargas nació en 1615 y falleció en 1668. Estudió Cánones Eclesiásticos y Derecho en Salamanca. Su nobleza de sangre estaba fuera de toda duda. Era descendiente de destacados militares por la vía paterna: su padre murió durante la agresión de Balduino Enrico en 1625. A la vez podía presumir de ser descendiente del conquistador Ponce de León por la vía materna. Su relación simbólica con Juan Troche Ponce de León, el más importante intelectual criollo del siglo 16 me parece crucial.

El texto recoge la versión criolla, católica y devocional y rezuma optimismo sobre la gente y la vida colonial. El destinatario es Gil González Dávila, historiador español y autor de un Teatro Eclesiástico de las Primitivas Iglesias de las Indias Occidentales (1649), quien debía usarla como fuente primaria para redacción de las secciones dedicadas a la isla en el mismo. La Descripción…es, por lo tanto, un ejercicio de Historia Eclesiástica que integra la Historia Civil a la Historia Sagrada en el marco teórico Providencialista Agustiniano. En ese sentido, Torres Vargas desemboca en el la práctica de sugerir la praxis de la Fe como un componente determinante de la Identidad. Por ello los valores que utiliza para legitimar la cultura criolla son religiosos: resaltar la pureza, la devoción y el milagro es fundamental para la Descripción… Lo cierto es que el Catolicismo fue un componente del Nacionalismo cultural y político hasta 1950.

Torres Vargas usa las técnicas de los prólogos de la Historiografía Clásica: me refiero a las listas de autoridades episcopales y civiles. Pero también introduce ciertos pretextos míticos a la hora de evaluar la vida insular: el de la Edad de Oro de Hesíodo. La Isla de San Juan Bautista es virgen y, en ocasiones, es equiparada con las Islas Afortunadas: el clima, la geografía y sus recursos son celebrados. El Canónigo elogia de los recursos de la tierra -“aguas son bonísimas y muy digestivas”; “el clima es perpetua primavera”; “las frutas dulces y sabrosísimas”-, planteamiento que recuerdan algunos giros de Colón y a Layfield. Pero también destaca los méritos físicos y morales de los varones incluso su “grande estatura”; y las virtudes de las mujeres -“para casarse, en Puerto Rico”-. Todo ello se consigue por medio de una prosa descriptiva abarrocada, hiperbólica y llena de ornamentos y cultismos.
La opinión sobre el texto varía. Adolfo de Hostos lo leyó como “la primera historia de Puerto Rico” y como una de “las primicias de la cultura literaria en la capital”. Pero Salvador Brau y los hermanos Juan Augusto y Salvador Perea, lo devaluaron sobre la base de que se trataba de que el texto se escribiera a petición de un tercero. Álvaro Huerga lo codifica como un “escrito de ocasión” siguiendo a Brau y los Perea. Sin embargo, el defecto puede ser a veces una virtud. Los escritos de López de Haro y Torres Vargas tienen un carácter “ocasional y privado”. Ello explica las lagunas en los textos, pero también justifica su sinceridad. Se trata de textos híbridos que navegan entre la Historiografía y la Literatura que, sin proponérselo, dialogan en torno a la Cultura Criolla.

  • Mario R. Cancel
  • Historiador y escritor

5 comentarios »

  1. […] del siglo 17 hasta 1647 donde aparecen los textos del Obispo Damián López de Haro y el Canónigo Diego de Torres Vargas. La Quinta parte contiene  documentos desde 1750 hasta el ataque inglés de 1797. La colección es […]

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    Pingback por La Historiografía Puertorriqueña hacia el 1850 « Puerto Rico entre siglos — abril 14, 2011 @ 8:08 pm | Responder

  2. Al comienzo de esta descripción se entiende que trata sobre la ciudad de Puerto Rico y la
    isla. Pero el interés de este autor es resaltar la cultura religiosa en la isla en el siglo 16, debido a
    que éste era criollo y en Puerto Rico ejerció el cargo de canónigo y fue miembro del cabildo
    eclesiástico. Este texto pudiese ser el primer documento que describe la vida eclesiástica en la isla
    y probablemente uno de los más completos, ya que se pueden entender los diferentes intereses
    que habían en esa época para la isla.

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    Comentarios por Paula Acevedo — abril 18, 2012 @ 1:03 pm | Responder

  3. El autor de este texto hace una descripción muy detallada sobre la geografía de Puerto Rico. Al igual que muchos otros textos, cuando se habla de la Isla siempre se trata de resaltar la belleza de la misma abundando sobre todas las riquezas que la tierra posee. Explica, en el mismo, el modo de vida de las personas que vivían en la Isla. Hace mucho énfasis en como estaban organizadas las personas en cuanto a la religión. Esto demuestra el interés particular de quien recibe la carta sobre como estaban organizados los sectores religiosos y como eran las labores que realizaban. Torres Vargas tiene un estilo abarrocado en la lectura lo que resulta, muchas veces un poco difícil de comprender y, al mismo tiempo, evita las pausas entre diferentes subtemas; esto provoca en el lector una imagen abuandante de todas las cosas que menciona ya que se presenta como algo infinito al carece de un punto o pausa entre términos.

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    Comentarios por Caril Vargas — abril 26, 2012 @ 5:14 pm | Responder

  4. El texto es una redacción por parte de Diego de Torres Vargas, enviada a Gil González Dávila, para que este lo publicase en su libro «Teatro Eclesiástico de las Primitivas Iglesias de las Indias Occidentales». En el texto Torres Vargas nos describe a Puerto Rico, casi como un «mapa imaginario» para que se pudiese entender mejor. Aparte de esto hace mención de la estructura del gobierno de la Isla y los poderes religiosos que habitaban en ella.

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    Comentarios por Cristina Cruz — abril 29, 2012 @ 11:56 pm | Responder

  5. […] Nota: Para leer el texto en su contexto, vaya al siguiente enlace. […]

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    Pingback por Documento: “Hormiguero” en Diego de Torres Vargas (1646) « Horomicos: microhistorias — diciembre 22, 2012 @ 4:51 pm | Responder


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